Cuenta la leyenda que un campesino se dejó olvidado un trozo de requesón dentro de una cueva. Después de una semana regresó a la misma cueva y encontró su apetitoso trozo de requesón de color azul y con una textura diferente. Su aspecto no llamaba, precisamente, a devorarlo pero cuando el hambre aprieta, la vista es lo de menos. Por eso, se decidió a probarlo y halló en él un suculento manjar.
Parece que esa fue la primera vez que alguien probaba el queso azul. Elaborado con leche de cabra, oveja o vaca (o varias de ellas mezcladas), debe su color azul, su sabor y su fuerte olor a los hongos penicillium que se añaden al final de su elaboración. Estos mohos prosperan en lugares con temperaturas reguladas y altos niveles de humedad, como cavernas.
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Cabrales, Asturias,España |
Precisamente, es su sabor, tendente a picante y salado, y su fuerte olor lo que consigue que tenga amantes y detractores por igual. Pero parece que estudios recientes empiezan a hablar ya del queso azul como un producto saludable por su alto contenido en calcio, sodio, cinc y vitamina B5. Con todo esto, el queso azul es bueno para los huesos, ayuda en la buena hidratación del cuerpo, en la metabolización de la insulina e, incluso, se sospecha que es beneficioso en el tratamiento de migrañas y estrés.
Por eso, no podemos creer que seas ya capaz de resistirte a un buen queso azul untado, fundido o en forma de salsa para acompañar cualquiera de tus platos. Sea cual sea su origen, Cabrales de Asturias, Roquefort de Francia, Gongonzola de Italia o Stilton de Inglaterra, no puedes negar que éste es un placer al alcance de cualquiera.
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Cabrales |
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Roquefort |
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Gorgonzola |
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Stilton |
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