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sábado, 28 de octubre de 2017

El arrope

Este jarabe dulce y espeso, muy popular en el Noroeste argentino, es considerado una de las primeras golosinas de la humanidad.
El Arrope es un dulce que apela a una tradición milenaria. Elaborados sin azúcar, estos preparados duraban meses y años sin descomponerse, sin necesidad de heladera. Es una de las virtudes, aunque no la más importante.
Esta bebida (en realidad, se trata de un jarabe) dulce y espesa fue una de las primeras golosinas de la humanidad. El mosto de uva, por ejemplo, habitual en las culturas mediterráneas, permitía elaborar esta preparación para comerla como postre, golosina en general o para endulzar platos.
La palabra arrope tiene su origen en la voz árabe arrub , que significa “cocido espeso”. Este preparado fue transmitido a los andaluces del siglo XI. Entre los romanos lo llamaban “disfrutum”. Plinio, filósofo, militar y naturalista romano, autor de la Naturalis historiae menciona ya estos preparados e incluso habla de arropes hechos de flores, como la violeta o la rosa.
En la alta cocina, el arrope suele usarse como una salsa dulce, para completar otras salsas dulces y saladas. El Viajero conoce en Extremadura (España) una variedad denominada aguamiel , que puede conservarse durante varios meses en frascos de vidrio. En esa zona, se puede probar este aderezo sobre las “gachas de harina y agua”, una especie de papilla cocida elaborada con granos de avena u otros cereales en agua o leche, que se sirve caliente en un plato hondo. En algunas regiones se conoce como “polenta” y también se usan otros cereales, como arroz o trigo.
En Murcia elaboran un arrope muy especial, hecho con higos chumbos. Los higos se cortan por la mitad y se cocinan hasta que se ablandan. Luego se pasan a un recipiente con agua y se baten. El secreto es cocinar la fruta hasta que desaparece todo elemento sólido. Cuando tiene semillas, es necesario colar el caldo y volver a cocinar. Ese néctar resulta espeso y de color más bien oscuro.
El arrope es un jarabe que puede prepararse a partir de diferentes frutas. Por ejemplo, en Santiago del Estero, Argentina, es muy común el arrope de tuna, que es el fruto de cierto tipo de cactus predominante en los patios familiares. En México, hay uno similar llamado nopal; y en España se consigue un tipo de jarabe similar, al que denominan chumbera .
En la Argentina, el arrope se usa como un producto de consumo directo. Básicamente, como postre. La mejor forma es acompañar el arrope, que suele ser muy dulce, con quesillos salados (unos quesos finitos y muy frescos, recién hechos). Así como en la ciudad de Buenos Aires el queso y dulce es el postre tradicional, en el Noroeste lo es la versión del quesillo con diferentes arropes. Además de la tuna, se elabora con chañar y algarroba (dos frutos típicos de las zonas secas) y con higos o uva, según la fruta que abunde en la zona. Hubo un tiempo en que los arroperos callejeros cantaban: “Traigo charqui de mi pago/ traigo arrope de chañar/ traigo mistol de Santiago/ remedio de todo mal.” En Bolivia preparan un jarabe muy especial con maíz molido y remojado. El resultado es un dulce suave y delicado. Claro que la forma de preparación puede sorprender a muchos. Primero se meten puñados de maíz en la boca, lo mastican hasta ablandarlo y lo escupen en un balde, en una suerte de ronda familiar. Luego se le da el punto.
Más allá de sus sabores, a veces muy fuertes para los paladares no acostumbrados, los arropes se usan también en la medicina natural. Suelen recomendar el arrope de chañar para curar catarro, tos y neumonía, entre otras afecciones respiratorias. Los arropes en general carecen de contraindicaciones médicas y no tienen efectos tóxicos. El de tuna, por su parte, es usado como astringente. Más allá de estos propósitos, esos sabores tan particulares pueden ser muy disfrutables por su intensidad y su historia.

viernes, 20 de octubre de 2017

Torta De Auyama, tipo quesillo

Ingredientes:

  1. 500 grs de auyama
  2. 2 huevos
  3. 30 grs de mantequilla
  4. 1/2 taza de harina de trigo todo uso o leudante
  5. 1/2 taza de azúcar
  6. 1 cda de vainilla
  7. 1 cdita de canela
  8. 1/4 taza de leche condensada
  9. 1 pizca de sal

Preparacion:

  1. Hacer un puré de auyama y dejar enfriar.
  2. Añadir en la licuadora huevos, azúcar, leche condensada, vainilla, canela, puré de auyama, mantequilla y pizca de sal, licuar y luego unir con la harina de trigo hasta obtener una mezcla homogénea.
  3. Llevar nuestra mezcla a un molde previamente engrasado y enharinado. Hornear a 180°C por 45 minutos.

miércoles, 18 de octubre de 2017

martes, 17 de octubre de 2017

Helado de Elote

Ingredientes
  • 5 piezas de elote
  • 3 yemas de huevo
  • 335 gramos de azúcar
  • 750 mililitros de leche
  • 1 raja de canela
  • 750 mililitros de crema
Preparación
  1. Desgrana los elotes y licúalos con la leche y el azúcar.
  2. Pon a hervir esta mezcla en fuego muy suave con la raja de canela hasta que espese.
  3. Agregar las yemas a la mezcla y dejar al fuego un minuto más sin dejar de mover.
  4. Cuela la mezcla y déjala enfriar.
  5. Bate la crema hasta que doble su volumen y revuélvela con la preparación del elote.
  6. Refrigera por lo menos 8 horas o 10 horas. 
  7. Guarda en un recipiente con tapa.

La leche evaporada

La leche evaporada es un lácteo en lata que soporta grandes periodos de almacenamiento debido a la evaporación de un 60% del agua existente en la leche cruda. Su nombre real es el de leche parcialmente evaporada o semi-evaporada ya que se le ha quitado el agua parcialmente (no en su totalidad, como la leche en polvo). Su versión azucarada, la leche condensada, con la que suele ser confundida por sus grandes similitudes, soporta aún más tiempo en conserva.


domingo, 15 de octubre de 2017

Restaurante automático

Archivo General de la Nación Argentina
Restaurante automático.
Documento Fotográfico. Inventario 319522.

sábado, 14 de octubre de 2017

Mix de hierbas, semillas y vegetales para ensaladas y carnes

Mix para Ensaldas

Ingredientes:
  • SEMILLAS: Girasol, Lino,Sesamo,Amapola.
  • HIERBAS: Oregano, Tomillo, Romero, Albahaca, Estragon.
  • Ajo deshidratado.
  • Sal Gruesa (pueden probar con sal entrefina o bien usar sal marina, por ejemplo, no en gran cantidad, el uso de las hierbas y las semillas sirven para usar menos sal).
Mix para Carnes

Ingredientes:
  • SEMILLAS: Girasol, Quinoa, Amapola.
  • HIERBAS: Oregano, Tomillo, Romero, Albahaca.
  • VEGETALES DESHIDRATADOS: Ajo, Pimiento, Cebolla
  • Pimienta Negra.
  • Sal Gruesa (pueden probar con sal entrefina o bien usar sal marina, por ejemplo, no en gran cantidad, el uso de las hierbas y las semillas sirven para usar menos sal).


viernes, 13 de octubre de 2017

Placas

Le dijo el Mosquito a la Rana...Mas vale morir en el Vino que vivir en el Agua.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Tortilla chilena - Tortilla de porotos verdes

Ingredientes
  • 4 personas
  • 400 gr de porotos verdes cortados 
  • 3 huevos grandes 
  • 30 gr de pan rallado o queso rallado 
Preparación
  1. Cortar los porotos verdes y hervir en agua con sal  (puede llevar 1 cucharadita de bicarbonato de sodio). 5 minutos de coccion.
  2. Escurrir. Para que no pierdan el color verde, colocarlos en agua fria con hielo.
  3. Unir todos los productos
  4. Poner en sarten y cocinar a fuego suave para evitar que se queme.
  5. Cuando el huevo alrededor dela tortilla este cocido, se podra dar vuelta.
  6. Dar vuelta (ayudandose de un plato)  y cocinar por el otro lado unos pocos minutos.

sábado, 7 de octubre de 2017

Turrón

El origen exacto del turrón no está nada claro, porque ya se sabe que en estas cosas hay distintas opiniones sobre dónde y cómo empezó a hacerse, y qué pueblo tiene el honor de haber dado con una fórmula tan utilizada luego durante siglos. A pesar de que varios países pretenden atribuirse la paternidad, lo que parece claro es que el origen del turrón es árabe; de hecho hay una referencia a un postre de características similares en Las mil y una noches. No falta quien señala que la cocina judía tuvo también su influencia en la elaboración del turrón, porque en Aragón existía un postre muy parecido, elaborado con nueces, emparentado seguramente con el nougat provenzal, de origen judío (elaborado con nueces o almendras y miel) que es muy posible que se quedara en la zona por imposición francesa.
A partir de esta verdad bastante incuestionable, hay teorías para todos los gustos. La italiana, por ejemplo, que ha sostenido durante mucho tiempo que los turrones procedían de Cremona. Incluso tenían explicación para el nombre, que en su caso es “torroni” y que haría referencia al postre servido en las bodas de unos importantes personajes de la ciudad, que tenía forma de torreón. Esa presentación en forma de torreón volvería a aparecer en el año 1529, y de ello existe constancia escrita: un banquete citado por Cristóforo Massisbugo, mayordomo del cardenal Hipólito de Este, en el que se sirvieron la friolera de cien platos; el dulce se presentó en forma de torres. De todo eso ha surgido la leyenda, que los mismos italianos cuestionan, puesto que reconocen que el turrón les llegó de los árabes a través de los españoles.
Por tanto sería árabe la procedencia del turrón, un dulce hecho con miel y masa de almendra tostada fundamentalmente, pero adaptado de maravilla a la dulcería levantina y catalana (hay que tener en cuenta la gran cantidad de almendros y panales que existen en la zona), de donde se exportaría a Italia.
Por cierto que de Barcelona procede la historia siguiente, que tiene que ver con una leyenda en la que se habla de una peste que asoló la ciudad en 1703. Los pasteleros barceloneses habrían sido convocados a un concurso para elaborar un postre navideño que sirviera para hacer más llevadera la enfermedad. Según esa historia el ganador habría sido Pedro Torró (sería por tanto el responsable de la denominación del turrón), que presentó un dulce creado a partir de miel cocida, piñones y avellanas. Esta historia añade que el obispo ordenó a los sacerdotes que recomendaran a la feligresía el consumo de este postre en el período navideño que va desde la Inmaculada Concepción al día de Reyes.
Ya que estamos relatando leyendas, hay otra sobre el origen levantino del turrón (que trataría de desmentir con más fantasía que realidad la aceptada y más realista del origen árabe). Según ella este dulce sería el resultado de una creación gastronómica duradera realizada para sobrevivir en una ciudad sitiada.

Elaborando Turrón a la Piedra en el metate

Componentes básicos del turrón:

Maní o Almendras: es el ingrediente principal y el que determina que el precio del producto sea elevado. También es el responsable del nivel de calidad del turrón. Existen distintas variedades (Los Jumbo, que son los de mayor calidad por su tamaño, que puede llegar a los 13 mm, los Planeta -que se utilizan también para elaborar las peladillas de maní), y el resultado final dependerá de la calidad y el gusto de cada uno de ellos.
Según el porcentaje de maní que contenga un turrón, se determinará su calidad. Así, el turrón de clase suprema tiene que tener como mínimo un 60% de frutos secos en el caso del turrón de Alicante y un 64% en el caso del turrón de yemas.
Los frutos secos deben pelarse cuidadosamente y tostarse con más cuidado aún. El proceso de tostado les proporcionará un color determinado: para los turrones duros no es necesario que esté tan dorado como para los blandos.

Tostando la almendra

Miel: Es fundamental en la elaboración del turrón. Cuantitativamente es el segundo componente, después de la almendra, pero cualitativamente tiene casi tanta importancia como la primera. Las distintas variedades aportan su toque concreto al turrón. Azúcares: habitualmente los azúcares que se utilizan son sacarosa y jarabe de isoglucosa.
Clara de huevo: se emplea reconstituida a partir de producto deshidratado en polvo, su función es blanquear la mezcla de miel y azúcares de color pardo oscuro y proporcionar textura a la masa de esta mezcla.

Separando la clara de la yema

Diferentes tipos de turrón:

Es cierto, no hay más que entrar en la sección de postres navideños de un hipermercado para quedarse con los ojos como platos ante la enorme variedad de turrones. Hay toda una gama de sabores insólitos, ingredientes inesperados, y grandes innovaciones en el arte de endulzar la ya de por sí dulce Navidad. Pero para ser ordenados, y sin pretender que dejés de probar cualquiera de las infinitas variantes y de experimentar en la elaboración de otras propias, que en definitiva es de lo que se trata, vamos por el principio: los turrones de toda la vida, cuando el sabor dulce de la Navidad se dividía entre turrón duro y turrón blando.

El turrón tipo Alicante:

Se prepara con Maní o almendra, jarabe clarificado y clara de huevo, aunque también se puede añadir canela o miel y almíbar. El maníse tuesta. Hay que cocer la miel y el azúcar durante cuarenta y cinco minutos en una cacerola, removiéndola sin que llegue a hervir. Se baten las claras a punto de nieve y se añaden a la mezcla, que habrá enfriado. Vuelve a ponerse al fuego y se repite la cocción hasta que quede blanco y esponjoso. Cuando esta mezcla adquiere el punto adecuado, se añade el maní tostado y se remueve para conseguir una distribución homogénea. La masa resultante se coloca en moldes forrados con obleas, preparados según el peso.

El turrón de yemas:

Se prepara igual que el anterior, pero triturando la masa en el mortero de mármol. Se muele luego para obtener una pasta y se pone en los moldes correspondientes al peso deseado.

Pasteles de yema
Otras variedades de turrón:

Los maestros turroneros han probado desde siempre a elaborar con variantes la tradicional masa del turrón. El resultado es la amplia gama de productos que, cuando llegan las Navidades, se pueden encontrar en las estanterías de los supermercados o en las pastelerías.
Así, por ejemplo, el turrón de avellana se hace sustituyendo las almendras por avellanas. Por lo demás el procedimiento es el mismo. El turrón de Gandía se prepara con almendras peladas y tostadas que se machacan. Se añade azúcar y la masa se pasa a continuación por un tamiz de cuero. Lo que queda en el tamiz se vuelve a machacar hasta cribarla toda. Cuando termina la operación, se le añade canela y azúcar y se amasa, cocinándolo posteriormente a fuego suave, y se remueve hasta unir bien la mezcla. Se hace una torta y se divide en varias partes. Finalmente se espolvorean las porciones con canela. El turrón de nieve se prepara con azúcar y claras de huevo a las que se añade jugo de limón y unas gotas de esencia de mandarina. El azúcar tiene que adquirir el punto de bola, y cuando se ha conseguido se bate y se retira del fuego. Las claras montadas a punto de nieve se añaden entonces gradualmente y formando hilo. Se bate todo ello y se añade el maní seco y molido.
El turrón de yema se obtiene con azúcar blanqueada al fuego en un perol. Se añade mazapán y esencia de bergamota, se agregan yemas de huevo y, a fuego lento, se va removiendo con cuidado. Luego la masa se coloca en los moldes y se recubre con oblea. El turrón de café se hace con azúcar hervido, añadiendo el café concentrado y batido hasta hacer grano con la espátula, se incorpora la almendra y se pone todo nuevamente al fuego. El turrón de piñonate se hace con piñones aplastados y triturados, puestos al fuego en un perol con azúcar. Se retira el perol y se deja a baño maría para mantener el calor y mientras tanto se engrasa un molde con aceite de almendras dulces y en él se coloca la masa, comprimiéndolo bien. Este mismo turrón se prepara “a la italiana” prácticamente igual que el anterior, pero agregando almendras enteras o picadas.

Triturando el turrón de Alicante para convertirlo en el de Jijona

En cuanto al guirlache, se prepara cociendo azúcar, almendras y ralladura de corteza de limón en agua. Se remueve con la espátula hasta que la masa adquiere el punto de caramelo, y se retira entonces del fuego. La pasta se vierte sobre una superficie de mármol untada con aceite y se extiende con cuidado, alisándola con una espátula. Cuando se ha obtenido el grueso adecuado se parte en trozos pequeños. Hay que partirlo antes de que enfríe la mezcla. Además de los turrones propiamente dichos, están también los trufados y los pralinés, con una variedad casi infinita: café, whisky, champagne, pistacho, arroz con leche, naranja al licor, chocolate, moka, chocolate crujiente, chocolate con pasas al ron, chocolate trufado, chocolate al whisky, chocolate a la naranja, chocolate al kiwi, chocolate mousse.
El español barcelones Pedro Torró (sería el responsable de la denominación del nombre turrón), que presentó en 1703 un dulce creado a partir de miel cocida, piñones y avellanas.


Cuadros del pintor López Mira del Museo del Turrón http://www.alicantevivo.org/2010/12/los-cuadros-del-pintor-lopez-mira-del.html
Facebook del Museo del Turron https://www.facebook.com/TurronMuseum

Crema Catalana

La crema catalana (conocida también como crema quemada o, en Cataluña, simplemente crema) es un postre muy típico de la cocina catalana, y de la cocina europea en general, y que consiste en una crema pastelera con base en yema de huevo que se suele cubrir con una capa de azúcar caramelizado en su superficie para aportar un contraste crujiente.
aparece en los recetarios medievales catalanes Llibre de Sent Soví (siglo XIV) y Llibre del Coch (siglo XVI), y se considera de los postres más antiguos en Europa dentro de su categoría, a pesar de ser una evolución de las clásicas natillas, que ya existían en la República romana varios siglos antes de Cristo. Es uno de los postres que aparecen a menudo en el Cajón de Sastre (siglo XVIII) y que más gustan al barcelonés barón de Maldá y parece que Casanova comió en Barcelona.
La crema catalana se hace con yema de huevo, azúcar, harina de trigo o harina de maíz y leche aromatizada con canela y piel de limón, o a veces también de naranja. La crema se cuece sin dejarla hervir en una cazuelita al fuego hasta que espese y se deja enfriar en la nevera.
La crema catalana se puede utilizar para rellenar ensaimadas, cocas, tortells, xuixos, palos, crestas y todo tipo de bollería y pastelería. Cuando no se utiliza como relleno sino que queda en la superficie, se suele espolvorear con azúcar blanco y quemar con una pala de hierro o con un soplete.
Cuando se sirve como postre, se suele distribuir la crema en platos de postre individuales o tradicionalmente en cazuelitas de barro, y se quema. Para quemarla, como en los otros casos, se espolvorea de azúcar blanco y posteriormente se pasa por encima una pala de hierro muy caliente, o actualmente más a menudo se quema con un pequeño soplete.
En Cataluña existe una versión helada de la receta, con helado de crema catalana y cubierto de confitura de yema de huevo quemada. La crème brûlée de la cocina francesa se puede considerar una variante o versión de la crema catalana. La variante francesa se cuece al baño María, a veces emplea los huevos enteros, utiliza nata en vez de leche y se aromatiza con vainilla. La suelen quemar con azúcar morena para compensar el blanco de su versión.
En los territorios de habla catalana, la crema se espesa tradicionalmente con almidón, no incluye nata ni claras de huevo y se aromatiza con canela y piel de limón, o eventualmente de naranja, nunca con vainilla.
El sabor de la crema catalana inspira variantes y perfumes de todo tipo de productos como: helados, espumas, la variante del torró (turrón) catalán que posee el mismo nombre, etc. La crema se emplea en la elaboración de algunas variedades de los tés Earl Grey.

Ingredientes:
  • 750 ml de leche entera
  • 200 gramos de azúcar
  • 50 gramos de maicena
  • 6 yemas de huevo
  • Piel de un limón
  • Azúcar para adornar
Preparación:
  1. Vamos a comenzar esta preparación diluyendo en un vasito de leche la maicena, y una vez diluida la vamos a reservar para usarla más adelante. Por otro lado vamos a batir el azúcar con las yemas de los huevos, desechando las claras, que las puedes guardar para usar en otra receta si quieres. Usa unas varillas para mezclar bien los ingredientes hasta formar una pasta cremosa. Reserva esta mezcla también, la usaremos un poco más tarde. 
  2. En un cazo adecuado, colocamos el resto de la leche, y la vamos a poner a calentar. Agregamos a la leche la piel del limón, que primero lavaremos para quitarle la suciedad, y luego con un cuchillo bien afilado vamos a cortar la piel, con cuidado de sacar solo la parte amarilla, ya que la parte blanca del limón puede dar un sabor amargo. Cuando la leche comience a hervir, ponemos a fuego suave, quitamos la piel del limón y agregamos las yemas batidas con el azúcar, y batimos un poco para que se mezclen bien. A continuación añadimos el vaso de leche con la maicena y batimos hasta que la mezcla se espese bien. 
  3. Retiramos del fuego y vertemos en los recipientes individuales. Normalmente se emplean unos recipientes de barro muy característicos, pero si no tienes, usa otros distintos. Espolvorea una capa de azúcar por encima de los mismos, y con un soplete de cocina quémala hasta darle el color típico de la crema catalana, y deja enfriar en la nevera varias horas, para que se cuaje bien y se enfríe. Y una vez la sirvas, a disfrutar de este exquisito postre. 


miércoles, 4 de octubre de 2017

Manjarate

Ingredientes
(8  porciones)
  • 1 tarro de leche evaporada (tiene que haber estado toda la noche en el refrigerador; no es leche condensada)
  • 400 gr de manjar o puedes remplazar por 1 tarro le leche condensada hecho manjar (dulce de leche, cajeta)
  • 3 cucharadas de crema para batir
  • gotas esencia de vainilla
  • 2 cucharada de gelatina sin sabor o 2 sobres
  • media taza de agua fría
  • 170 gr de chocolate para cobertura Puede ser chocolate de leche o semi amargo
  • 2  cucharadas de crema
Preparación
  1. Disolver la gelatina en media taza de agua fría dejar reposar por 10 minutos.
  2. Batir la leche evaporada cuando este bien batida agregar de a poco el manjar
  3. Finalmente agregamos la crema y las gotas de esencia de vainilla, reservar
  4. La gelatina la llevamos a baño maría hasta que este bien liquida y transparente 
  5. Dejamos enfriar
  6. Para realizar una buena combinación de la gelatina y la mezcla de leche
  7. Debemos poner la gelatina en un tazón,esperar que enfrié y luego agregar 2 cucharadas de la mezcla de leche a la gelatina
  8. Esto se realiza para que no se formen grumos con la gelatina tibia y la leche fría 
  9. Luego esta mezcla la unimos con el resto de la leche que esta en un bol
  10. En 8 pocillos rellenamos con la mezcla de manjarate
  11. Llevamos a refrigerar una hora
  12. Ganache: A baño maria, colocamos 2 cucharadas de crema y esperamos que se caliente, cuando este caliente, apagamos el fuego.
  13. Agregamos el chocolate y esperamos hasta que este derretido.
  14. Batimos y unimos
  15. Agregamos a cada pocillo una cucharada de chocolate Tiene que ser una capa delgada.
  16. Llevamos al refrigerador

martes, 3 de octubre de 2017

Blanco / Negro

Nota de Benito Villanueva al Dr. Dardo Rocha. Buenos Aires, 29 de mayo de 1918. Documentos Escritos. Sala VII. Fondo Dardo Rocha. Legajo 2850. Archivo General de la Nación Argentina

Transcripción:
Mi Distinguido Doctor:
He recibido su carta recomendando al Señor Rodrigo Mones, a quien no me ha sido posible atender, porque él deseaba un puesto que hay vacante en "La Negra", con cuyo Frigorífico nada tengo que hacer.
Yo soy Presidente del Frigorífico "La Blanca".
Lo saluda afectuosamente, su amigo.
Benito Villanueva.

lunes, 2 de octubre de 2017

Qué comían los argentinos en el siglo XIX: encontraron recetas manuscritas en un arcón

Las descubrieron por casualidad mientras restauraban el comedor de una quinta histórica de San Isidro.
Estaba mezclado entre documentos, manuscritos y recortes de papel de seda, en el fondo de un viejo arcón en la Quinta Los Ombúes, el lugar donde vivieron, entre otros Mariquita Sánchez de Thompson y Adrián Beccar Varela y que en distintos momentos alojó a José de San Martín, Manuel Belgrano y Juan Martín de Pueyrredón. Allí, el cuaderno de recetas de María Varela de Beccar –esposa de Cosme y mamá de Adrián y Horacio Beccar Varela– aguardó pacientemente más de un siglo para ser encontrado.
Con caligrafía prolija y textos detallados, este recetario de 1881 se revela como un tesoro que permite descubrir los secretos y tradiciones de la cocina de fines del siglo XIX. Algunos, tan curiosos como un relleno de pavo que lleva la propia sangre del animal.
Hoy la Quinta es el Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal “Dr. Horacio Beccar Varela”. Y allí, detrás de una vitrina está el histórico recetario que los visitantes pueden ver durante la recorrida guiada que, con el nombre “La mesa está servida”, muestra las costumbres, las influencias que recibió nuestra gastronomía, la vajilla que utilizaban, el mobiliario del comedor y las características de las comidas que esta vecina ilustre puso en práctica.
“Es un material invalorable que nos posibilita recuperar el patrimonio intangible y acercarnos aún más a la memoria del lugar y de la familia. Nos permite conectar, a través del tiempo, personajes y espacios y descubrir las prácticas asociadas a cada uno de los habitantes de la casa”, asegura Marcela Fugardo, directora del Museo.
Sin platos refinados, y con múltiples opciones dulces y saladas, a través de las páginas del cuaderno se puede encontrar desde cómo preparar tortas, postres y dos tipos de alfajores distintos hasta puchero (“la olla podrida”, lo llamaban) y preparaciones con carnes y pescado.
Sólo basta revisar un poco las propuestas para reconocer la predilección por la repostería almibarada y el uso de grasa y muchos huevos. Contra lo que se podría pensar, no hay comidas sofisticadas de origen inglés o francés.
“Todas tienen una impronta criolla, son recetas de cuña española acriollada. Y eso habla también de una familia de costumbres simples y con una vida muy sencilla”, describe Marta Ithurrat, del Centro de Guías de Turismo de San Isidro, responsable de las visitas guiadas.
Sin shoppings en el barrio o supermercados a la vuelta de la esquina, el cuaderno abre la puerta a una forma de vida tan diferente como interesante. En ese momento –y hasta los ’40– era muy común que en las quintas hubiera gallinero. Además, tenían su propia huerta, de donde sacaban las hortalizas que usaban a diario y hacían dulces con los frutales del jardín.
Aunque recién ahora lo muestran al público, el hallazgo de este documento tan especial se produjo a fines del año pasado, cuando el Museo encaró la recuperación del antiguo comedor de la casa y de todo su mobiliario.
Para los cocineros de hoy, poder conocer esas recetas de hace más de 100 años es tan curioso como atractivo. "Resulta muy interesante haber podido acceder a este material que es de verdad antiguo y original. Con una mirada desde el siglo XXI, llama la atención ver que cuando describen los ingredientes utilizan medidas de origen inglés, como la libra, evidentemente eso era lo que se usaba en aquel momento", opina Axel Valles, el chef propietario del restorán sanisidrense Semilla Food. Y destaca: "Es muy llamativo en la receta del budín que también incluye la explicación de cómo hacer el dulce de leche. Ahí uno se da cuenta de que no podían ir a comprarlo como estamos acostumbrados a hacerlo nosotros".

Tres recetas

Relleno de pavo

Preparación: La sangre del pavo se cuece con un poco de sal. Los menudos, después de estar cocidos, se pican y se les añade 30 centímetros de salamín bien picado, 20 centímetros de piñones, miga de pan remojada en leche, dos cucharadas de aceite y un poco de pimienta.

Budín de dulce de leche

Ingredientes: 1 libra de azúcar, ¾ de litro de leche, un poco de vainilla, una docena de yemas de huevo

Preparación: Se hace un dulce de leche con leche, azúcar y vainilla. Cuando está en medio punto el dulce, es decir, no muy espeso, se cuela. Estando tibio se echa sobre las yemas un poco batidas revolviendo bien siempre, bien unido y firme en una budinera que se tendrá preparada con azúcar acaramelada y se pondrá a baño de María al horno hasta que tome consistencia de budín esperando esté frío para sacarlo.

Bizcochuelo

Ingredientes: 14 huevos, ½ libra de harina de papa, 1 libra de azúcar

Preparación: Se batirán las 14 yemas solo y las claras separadamente hasta que estén en punto de nevado. Después de batidas las yemas y las claras se echará el azúcar pisada en las yemas y después de revolverla bien se agregarán las claras y se volverá a batir mucho rato agregándole la harina en el momento de ponerlo al horno debiendo estar el molde untado con manteca, el horno muy fuerte, se pone un papel tapándolo.



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