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sábado, 30 de diciembre de 2017

Patricia Aguirre, antropóloga de la alimentación: “Las dietas del planeta las deciden los directorios de 250 empresas”

Texto: Eduardo D. Benítez / Fotos: Paula Villamil

La terraza de Patricia Aguirre parece haber sido usurpada por una frondosa colección de orquídeas. Una especie de selva doméstica reposa en las paredes medianeras, en la baranda de metal que da a la calle, en las numerosas vasijas ubicadas en el piso. Pero sobre todo en un cuarto ubicado arriba, donde se pueden observar estanterías repletas de frascos, biomas en escala micro y algo que se parece a un botiquín con elementos de esterilización. Como si fuese un quirófano o una sala de experimentaciones químicas. Pero no. Es el lugar donde da rienda suelta a su hobby, donde se sumerge en “su momento” para pensar exclusivamente en texturas, colores, follajes. En ese cuarto se habla de micro orquídeas, de orquídeas rupícolas, de bipinnulas, de micropropagación in vitro. Si uno no supiera que se trata de la antropóloga de la alimentación más respetada del país, sospecharía que se encuentra ante una apasionada alquimista. “Todo esto empezó en Colombia. Me interesé por las orquídeas cuando fui al Instituto de Agricultura Tropical en Cali. Veía cómo crecían y se agarraban a los troncos y quedé maravillada. Pero acá crecen con cuenta gota”, comenta y da a conocer algunos de sus cultivos caseros.



-Mirá… la orquídea tiene la consistencia del polvo facial.

“Yo intenté lograr la Orquídea del Fin del Mundo. Quería hibridar una orquídea Patagónica (chloraea magallánica) con otra de más arriba (chloraea pampeana) para darle un poco más de volumen y que no dependiera tanto de su nicho ecológico. Iba a ser muy bonita, pero no la encontré nunca”. Ahora no parece tan alquimista, más bien podría tratarse de una versión contemporánea del poeta romántico Novalis buscando su imposible flor azul. Sin embargo, reactiva rápido su mirada profesional y enseguida linkea su pasatiempo con la alimentación, su objeto de estudio antropológico: “En la vida cotidiana uno ingiere unas cuantas orquídeas: el azafrán, la vainilla. Y seguro ni lo sabe”.

El primer amor de Patricia Aguirre fue la medicina, pero pronto abandonó la carrera para estudiar antropología. Sus primeros trabajos fueron en antropología médica, haciendo tratamiento ambulatorio para chicos desnutridos en el Hospital de La Matanza y Francisco Solano. Después, durante 30 años, trabajó en el Departamento de Nutrición del Ministerio de Salud. “Puedo decir que soy testigo y formé parte de todos los Programas Alimentarios desde la vuelta de la democracia hasta ahora”, dice con orgullo. Paralelamente a eso forjó su carrera académica, a partir de la cual ha sido docente en los posgrados de FLACSO, la Universidad de San Martín, la Universidad de Lanús; y dirigió más de diez investigaciones. En cierto sentido, Una historia social de la comida, el libro que acaba de publicar Editorial Lugar, es el resumen de todo ese recorrido.

-¿Por qué decidiste encauzar tu trabajo hacia la antropología alimentaria?

-Creo que fue a partir de cosas convergentes. Primero que nada… en mi familia todos cocinaban. Mi madre, mi padre, mi abuela. Había una preocupación por la comida buena, sana y gustosa. Mi madre era una profesional que volvía de trabajar del hospital de Lanús, se bajaba de sus tacos altos y se ponía el delantal para cocinarle a toda la familia. Creo que hay una marca desde mi niñez por el interés por la cocina y la comida entendida como un eje de las relaciones sociales. En nuestro caso de las relaciones familiares porque en la mesa se discutía todo.

“La mesa es un caldero donde se cocinan relaciones de todo tipo, donde se explicitan odios, amores, envidias… La dinámica de la mesa es maravillosa, por eso insisto en que no hay que perderla”

-¿Eran habituales las mesas largas con mucha gente en tu familia?

-Tengo recuerdos de situaciones así en las fiestas, donde toda la familia se reunía a comer y a matarse, a solucionar o a empeorar sus conflictos. Porque no somos ángeles viste… no todas las relaciones son divinas. La mesa es un caldero donde se cocinan relaciones de todo tipo, donde se explicitan odios, amores, envidias. También amores, solidaridades, lealtades. La dinámica de la mesa es maravillosa, por eso insisto en que no hay que perderla.

-¿Creés que se está perdiendo?

-Ahora, con la alimentación industrial, se da un picoteo permanente y cada uno come sólo frente a su pantalla. Unos miran deportes y otros miran Netflix. Es un horror eso, porque es la máxima desconexión con el que tenés al lado y una gran conexión con el que está a miles de kilómetros. La industria alimentaria no hace alimentos para comer, hace alimentos para vender. Lo que quiere es que vos picotees, no que comas. Y la publicidad te dice “la mesa es una pérdida de tiempo, la comida casera es grasosa y fea. Comé mi producto envasado mientras caminás y mientras trabajás, que esto es lo moderno”.

-¿Qué valores alimentarios perdió el comensal contemporáneo?

-Mirá… hay un autor, Claude Fischler, que dice que hemos pasado de la gastronomía a la gastro anomia. En el pasado, los pueblos tenían un saber acerca del buen comer porque si no se extinguían. Era una sabiduría acumulada acerca de qué se podía consumir en determinado lugar, cómo se podía conservar. De esa manera se iba formando -entre lo que se sabía, lo que se podía y la tecnología- un saber acerca del buen comer. De hecho, la palabra gastronomía significa saber del vientre. Esto lo tuvieron desde cazadores recolectores en la Patagonia, los romanos en la época de Julio César, los chinos en la época del Emperador Qin, hasta el Papa de los Estados Pontificios. Cuando aparece la industrialización se da un proceso, a partir de las tecnologías de conservación, en el que vos podés comer un durazno al natural en julio cuando en la realidad no hay ni esperanzas de un durazno en esa época. Es algo muy novedoso en la historia de la cultura. No quiere decir que antes no existía conservación: el disecado, el salado y el ahumado lo inventaron los cazadores recolectores hace doscientos mil años. Pero la conservación era mínima respecto de lo que vino después con las latas, los hielos, los procesos de esterilización. Ahora incluso los alimentos se irradian para evitar que se malogren.

“En el pasado, los pueblos tenían un saber acerca del buen comer porque si no se extinguían (…)  La palabra gastronomía significa saber del vientre”

-Con la industrialización los alimentos también empiezan a tener un carácter de mercancía…

-Sí. A partir de 1820, suponte, cuando la Revolución Industrial entra en la alimentación, los alimentos empiezan a seguir el mismo proceso que cualquier otra mercancía: se estandarizan, se hacen en una escala mayor, se repiten los procesos. Para hacer duraznos en almíbar ya no va a ser la abuelita la que pele la fruta, sino que va a haber un pelado químico. Ya no se va a llevar a una olla, sino a una autoclave enorme que eleva la temperatura hasta matar gérmenes que ni siquiera habían pensado andar por ahí. Entonces, para qué me voy a molestar en hacer de manera hogareña todo el proceso si puedo comprar una lata.

-¿Cómo cambió el esquema del que hablás en tus textos, de los ricos gordos-pobres flacos del pasado a los ricos flacos-pobres gordos de la actualidad?

-Es el pasaje que hicieron todas las sociedades de mercado que fueron de la escasez a la abundancia, donde la disponibilidad dejó de ser un problema y el problema empezó a ser el acceso a los alimentos. Cuando había escasez, embucharse era verdaderamente excepcional. Ser gordo significaba tener poder y mostrarlo. En la Edad Media, lo más común era ser flaco. Era muy difícil tener una panza, sólo la podían ostentar algunos miembros de la Iglesia y la aristocracia. Lo pobres eran desnutridos porque no tenían, no comían. Con el aumento de la productividad por hectárea, con la aplicación de la ciencia a la producción agroalimentaria, se empezaron a producir una cantidad importante de alimentos, se pudieron conservar cosas que antes se perdían y transportar de una parte a otra del planeta. A partir de ahí, la escasez retrocede y aumenta la cantidad de comida disponible. Lo cuestionable es que, además, la producción se concentró en las grasas, hidratos de carbono, azúcares y ya nos salen por las orejas. No sólo no son saludables, sino que son la base de las enfermedades crónicas no transmisibles de este momento. Pero era fácil, barato y transportable concentrarse en esos productos. Por eso hay que decir que nuestra abundancia es de mala calidad alimentaria. Los alimentos nutricionalmente densos –vitaminas, proteínas- son caros. Los comen sólo los que más dinero tienen. Ahí tenés entonces: hoy la obesidad está sobredimensionada en la pobreza porque los que menos tienen comen los alimentos más baratos de toda la estructura de precios, la chatarra.


-Hay una frase que impacta en tu libro donde decís que hoy comemos alimentos sin Historia…

-Es una frase que me dijo una señora en Bolivia y me parece fantástica. En el siglo XX se empezó a intervenir hasta tal punto en los alimentos, que nos enfrentamos a cosas absolutamente desconocidas. Los transgénicos, el zoológico de lactobacillus, los vehículos de fortificación hacen que haya tanta transformación a nivel molecular que no los podemos entender ni por homologación a esos alimentos. No se parecen a nada. La cuestión es que las virtudes de los transgénicos las descubre el productor, no el consumidor.

-Cuestión que debería despertar cierta suspicacia…

-SÍ, y haríamos muy bien en sospechar. La Comunidad Europea hace 20 años que está prohibiéndolos por principios de precaución. Primero quieren ver cómo nos reventamos en esta parte del mundo y después verán si lo aprueban o no. ¿Cuánto cáncer provocaron? ¿Qué cálculos tenemos como resultado? De ahí en adelante, verán.
“La producción se concentró en las grasas, hidratos de carbono, azúcares y ya nos salen por las orejas. No sólo no son saludables, sino que son la base de las enfermedades crónicas no transmisibles de este momento”

-O sea que somos una suerte de laboratorio alimentario del mundo…

-A ver… el cuerpo del pobre siempre es el cuerpo de la experimentación. Nunca los países ricos experimentaron con su propio cuerpo. La bomba se la tiraron a Japón. La experimentación con HIV se hizo en África. No sabemos lo que comemos. Por eso la idea de Fischler de Objetos Comestibles No Identificados (OCNI). Vos tenés que creer que adentro de una hamburguesa está lo que te dice el paquete. Ayer compré pan envasado, decía “Pan casero”. ¡Miré la etiqueta y decía que tenía 37 productos! ¿Con cuántos productos se hace el pan? Como mucho cuatro: harina, sal, agua y si querés acelerar el proceso usás levadura.

-Pero decía “Pan casero”, ¿qué pasa con la promesa de la etiqueta?

-¿Vos crees en las promesas publicitarias? Jamás me levanté al rubio de ojos celestes que me promete la publicidad si compro cierto chocolate. El tema es que hemos delegado el control de esas cosas. Por ejemplo, el E-102 o Tartrazina es un colorante permitido pero hace años que los técnicos en alimentos, las nutricionistas, los médicos vienen cuestionándolo porque tiene varias inconveniencias. Incluso algunos psiquiatras consideran que está implicado en el síndrome de hiperactividad infantil. A pesar de eso todos los caramelos de color naranja, las papas fritas de tubo, la gelatina tienen ese colorante.

“Las virtudes de los transgénicos las descubre el productor, no el consumidor.  Haríamos muy bien en sospechar. La Comunidad Europea hace veinte años que está prohibiéndolos por principios de precaución”

-Pero existen controles formales para regular estas cosas, ¿no?

-Sí, a través de Bromatología de cada municipalidad, el Instituto del alimento de Rosario, ANMAT, INAL. Son todos sistemas expertos de la modernidad que se supone que ejercen control para que la alimentación sea saludable, ecológicamente producida, etcétera. Pero también uno sabe la capacidad de lobby que tienen las grandes empresas -junto a los medios que son propiedad de ellas mismas- y el proceso de concentración del capital. Hoy el destino de las dietas del planeta tierra lo deciden los directorios de 250 empresas. Qué se va a plantar, cuándo y de qué manera, lo deciden esos gigantescos holdings que se encuentran en el otro hemisferio. La capacidad que tienen de ejercer presión sobre los Estados es directamente proporcional a su poder económico. Es grave. Las empresas, además de guiarse por la lógica del lucro para dar ganancias a sus accionistas, tendrían que hacer productos que sean saludables y con algún tipo de enganche con el patrón alimentario local, y no lo hacen. La identidad es importante. Hoy ni nosotros ni los franceses ni los tunguses hemos podido conservar esa identidad; fuimos arrasados por la alimentación industrial.


-¿Qué opinás de la dieta paleolítica?

-Fue un muy buen trabajo que hizo Eaton en 1985. Esa dieta, que nosotros los antropólogos recogemos en los fogones prehistóricos, servía para sobrevivir en ese ambiente social y cultural del paleolítico. La intención en su momento fue compararla con la dieta actual y ver las diferencias para tomarla como el estándar de la especie humana. Pero hoy la agarraron todos estos zapallos fashion de las modas alimentarias que son cultores de la estupidez paleolítica. Quieren hacer dieta paleo en una sociedad postindustrial. Hoy ni siquiera tenés animales salvajes para sostener ninguna dieta; solo animales que fueron domesticados por el valor de su grasa. Podemos tomar los ejemplos del pasado para ir para adelante pero lo paleolítico fue operativo en su propio pasado. Hay que entender que la alimentación siempre es un fenómeno situado: en un tiempo, en una geografía, en una cultura. No podemos comer como en el paleolítico, ni el neolítico, ni como en la Antigua Roma. ¿Sabemos todo lo que necesitamos para producir nuestros alimentos de manera agroecológica y saludable? Claro que lo sabemos. No se hace porque hay fuertes intereses en sostener este modo actual de producción y de vida.

-Entonces… si ni sabemos lo que comemos, ¿qué haría falta para cambiar ese paradigma?

-Mirá… en un mundo dominado por el mercado vos no comés lo que querés, comés lo que podés comprar. No es un problema de disponibilidad de los alimentos, si no de acceso. Los modos de producción determinan nuestra forma de vivir. Nuestras relaciones están fuertemente condicionadas por el régimen de acumulación. Por otro lado, nosotros somos herederos de un mundo que ya no existe: el mundo de la escasez alimentaria. Seguimos pensando que comer mucho está bien. Sin embargo la frugalidad es una buena norma. Frutas y verduras deberían ser de primer rubro, no el postre. Hay áreas poco exploradas como el consumo de moluscos o de insectos, que quizás en la alimentación del futuro podrían tener algún tipo de importancia.

“¿Sabemos todo lo que necesitamos para producir nuestros alimentos de manera agroecológica y saludable? Claro que lo sabemos. No se hace porque hay fuertes intereses en sostener este modo actual de producción y de vida”

-En un tu libro decís que no son posibles las elecciones de gusto. ¿Uno no puede afirmar “a mí me gustan los palmitos”, por ejemplo?

-Es posible que lo digas, pero el gusto ha sido formado y condicionado por tu historia. El gusto no se elige libremente, es social. Es como si me dijeras que elegiste hablar castellano. No lo elegiste. Naciste en Argentina y tus padres te enseñaron este castellano aporteñado. Aprendemos a comer igual que aprendemos a hablar. De hecho hay mucha gente que entiende a la alimentación como un lenguaje. Incluso con una gramática donde cada pueblo establece una combinatoria de temperaturas, texturas y sabores que se imponen con fuerza al mundo natural. No hay nada biológico que diga que los fideos tengan que ser acompañados con salsa de tomate y no con helado de crema. La combinación que uno hace es arbitraria, no está en el producto. Está en las categorías culturales que uno proyecta sobre los alimentos. Si naciste en la órbita occidental acompañarás tus fideos con salsa de tomate, si naciste en el lado oriental del hemisferio lo harás con salsa de soja.

-¿Hay una gramática alimentaria que organiza la mesa argentina entonces?

-Por supuesto, hay una gramática que tiene muchísimo que ver con nuestra identidad alrededor de la carne. Durante quinientos años en las pampas la carne fue el alimento más accesible y muchas veces era lo único que había. Por otro lado, nosotros tenemos una mesa sucesiva: entrada fría y salada, primer plato caliente, salado y sólido; postre dulce. En cambio, los chinos y los árabes tienen una mesa simultánea donde las cosas se despliegan todas juntas: desde lajmashin hasta pollo con damasco. La exquisitez de la presentación china te atrae para que vos te sirvas, está todo ofrecido de manera tal que el propio comensal pueda armar su propio “menú”. La maravilla que tiene la construcción social del gusto, es que todas las culturas -ahora y en el pasado- construyeron un gusto de lo necesario que hace que nosotros como individuos elijamos lo que, de todas maneras, estamos obligados a comer como comunidad.



Precios máximos para panaderos y pulperos. Buenos Aires

Archivo General de la Nación Argentina
Precios máximos para panaderos y pulperos. Buenos Aires, s/f.
Documentos Escritos. Sala VII. Legajo 63.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Conejo en salsa

Ingredientes

  • 1 conejo
  • 5 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 1 botella de vino blanco
  • Sal
  • pimienta
  • una cucharadita de oregano
  • una cucharadita de tomillo
  • media cucharadita de pimenton
  • 3 cayenas
  • 1/2 vaso de vinagre ( 100 ml)
  • 2 hojas de laurel
  • Aceite oliva virgen extra

Preparacion
  1. Lo primero que vamos a hacer es poner aceite en una cazuela, cortar la cebolla en juliana y ponerla a pochar a fuego medio alto,
  2. Removiendo de vez en cuando para que no se nos queme, que si no la cebolla quemada amarga,
  3. Si veis que el fuego esta muy alto, no pasa nada, lo bajáis un poco y listo.
  4. lo siguiente que vamos a hacer es salpimentar el conejo
  5. Y cuando la cebolla ya este transparente y bien pochada, lo vamos a introducir en la cazuela y lo vamos a marcar ligeramente,
  6. No hace falta que se dore, solo marcarlo un poco para quitarle el color natural y sellar la sangre.
  7. Turno ahora de agregar el vino, fijaros en el color del conejo, no esta dorado, solo marcado un poco
  8. Echar el vino y ponerlo a fuego alto hasta que rompa a hervir, luego lo bajais y lo dejais a fuego medio
  9. A continuación y en un mortero vamos meter los cinco dientes de ajo ya pelados
  10. Y las dos cucharaditas de especias, la de tomillo y la de orégano, lo machacamos todo bien
  11. Y lo incorporamos al guiso…
  12. En el mortero donde machacamos los ajos echamos el vinagre,
  13. Así conseguiremos que los restos que hubieran quedado del machacado se limpien y añadan también al guiso
  14. Junto al vinagre ponemos también la media cucharadita de pimentón, o dulce o picante, a vuestra elección, lo removemos bien
  15. Y se lo agregamos al guiso
  16. Junto con las 3 cayenas( al hacer la foto se me cayó una jijiji pero si miráis el caldo ahí esta jajaja)
  17. Ponemos las dos hojas de laurel y ahora si, solo queda dejarlo que cueza hasta que reduzca el vino

jueves, 28 de diciembre de 2017

Pozole Basico y Variaciones

Esta receta básica varía según la región. Sus variaciones se refieren a dos aspectos de la preparación: a las carnes empleadas y a los elementos que componen la guarnición.

Ingredientes:

  • 1 Kilo de maíz preparado para pozole 
  • 1 cabeza de ajos 
  • 1 ramillete de hierbas de olor (opcional)
  • 3 kilos de carne de cerdo mixta de cabeza, maciza y patas

Guarnición:

  • 3 limones rebanados
  • 3 cucharadas de cebolla picada fino
  • 2 cucharadas de orégano triturado 
  • 2 cucharadas de chile piquín en polvo
  • Sal gruesa


Preparacion:

  1. El maíz bien lavado se pone a cocer en 4 litros de agua con la cabeza de ajos machacada y el ramillete de hierbas.
  2. La carne se corta en trozos regulares. Cuando el maíz reviente como flor y haga espuma se agrega la carne, se pone un poco de sal, se baja el fuego y se deja cocer hasta que la carne esté tierna.
  3. Se sirve en tazones. La cebolla, chile, orégano y limones se ponen en los platitos y cada comensal se sirve a su gusto.

Pozole Jalisco: Se sigue la receta básica con una cabeza de cerdo en trozos, 1 kilo de maciza de puerco, 6 patas partidas en cuatro y 1 gallina en trozos (opcional). Las carnes cocidas se dejan enfriar en su propio caldo y se deshuesan. Este pozole se sirve con la misma guarnición del pozole básico y una salsa hecha moliendo 10 chiles de árbol, 10 chiles pastilla, 10 chiles anchos asados, desvelados o no (según se quieran de picantes) y remojados, el agua del remojo y algo de sal. En esta receta hay una pequeña polémica entre los conocedores del buen pozole jalisciense que consiste en que el pozole sea blanco o rojo (que es el que contiene los chiles molidos (ancho y guajiro) disueltos en el caldo).

Pozole de Michoacán: una de las recetas de este estado incorpora al pozole básico una salsa moliendo 250 gramos de chile ancho, 250 gramos de chile mulato, 1/2 cebolla y 4 dientes de ajo con un poco de sal.

Pozole Colima: a la receta básica, enriquecer con orejas, espinazo y cola de cerdo, se agregan 3 tazas del mismo maíz molido con su caldo, que e añaden al final para darle mayor consistencia. Al momento de servirlo con una salsa que se hace moliendo y friendo brevemente la manteca 150 gramos de chile cascabel asado, 20 tomates verdes cocidos, 2 ajos y 1 cucharadita de sal.

Cola de Mono

Ingredientes

  • 1 Lt de leche
  • 1 ½ Taza de aguardiente
  • 4 Cucharadas de café instantáneo
  • 3 Ramas de canela Marco Polo
  • 3 Clavos de olor Marco Polo
  • 1 Cucharadita de extracto de vainilla Marco Polo
  • 1 Pizca de nuez moscada Marco Polo
  • 1 Taza de azúcar granulada
  • ½ Naranja (su piel, sin parte blanca)

Preparacion

  1. En una olla con ½ taza de agua y la mitad del aguardiente, vierta el azúcar, la canela, los clavos de olor, nuez moscada, cáscara de naranja y hierva por tres minutos, hasta disolver por completo el azúcar. Cuele y reserve este almíbar.
  2. En otra olla, caliente la leche y disuelva el café. Sin que llegue a hervir. Agregue el extracto de vainilla.
  3. Junte la leche con el almíbar y la mitad restante del aguardiente.
  4. Enfríe por al menos una hora, embotelle y refrigere.
  5. Sirva muy frío como aperitivo, acompañado de un rico pan de pascua.
Utilizando la Base  "Marco Polo"
Canela, Nuez Moscada,
Clavo de Olor y Vainilla
Ingredientes
  • 1 litro de lehce
  • 1 taza de azucar
  • 1 yema de huevo
  • 3 tiritas de cascara de naranja
  • 1 cucharada de cafe
  • 1 taza de aguardiente
  • 1 cucharada de base Cola de Mono (10 gr)
Preparacion
  1. Calienta la leche conelazucar, las tiritas d enaranja,  y 10 gr de base Cola de Mono, removiendo suavemente para que la leche no suba.
  2. Cuando hierva, baje el fuego y revuelva durante 10 mioutos.
  3. Luego retire y  agregue la yema del huevo previamene mezclada con un poco de la mezcla anteror.m y el cafe que ha sido disuelto en una  taza de agua hirviendoi.
  4. Revuelva, cuele enfrie y por ultimo agegue el aguardiente.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Pozole Rojo Jaliscience

Ingredientes
  • 4 tazas de maíz cacahuazintle precocido
  • 1 pieza de ajo cabeza mediana
  • 1/2 pieza de cebolla
  • 2 cucharadas de sal
  • 500 gramos de carne de puerco maciza
  • 2 piezas de manta de puerco
  • 2 cucharadas de manteca de cerdo para la salsa, dividido
  • 5 piezas de chile de árbol desvenados para la salsa
  • 5 piezas de chile pasilla desvenados para la salsa
  • 5 piezas de chile ancho
  • 2 cucharadas de sal
  • 1 pieza de lechuga finamente picada para acompañar
  • 4 piezas de cebolla finamente picada, para acompañar
  • 20 piezas de rabanito
  • 2 cucharadas de orégano molido para acompañar
  • 8 piezas de limón
  • 8 piezas de tostadas
  • 1/2 taza de crema ácida
Preparacion
  1. En una olla con agua a fuego alto, hierve el maíz con el ajo, la cebolla y la sal la carne y las manitas. Cuece hasta que la carne esté suave y el grano reviente. Alrededor de 1 hora.
  2. Para la salsa, fríe los chiles con una cucharada de manteca hasta que suelten el aroma. 
  3. Remójalos en agua caliente durante 15 minutos hasta que estén suaves, y licúa junto con un poco del líquido de remojo hasta obtener una salsa homogénea.
  4. En una olla, calienta el resto de la manteca a fuego medio y fríe la salsa 5 minutos. Agrega la mitad de la salsa a la mezcla de maíz y carne, deja que suelte el hervor y cocina a fuego bajo por 20 minutos más. Sazona con sal.
  5. Sirve el pozole y acompaña con lechuga, cebolla, rábano, orégano, limón, tostadas con crema y el resto de la salsa.

martes, 26 de diciembre de 2017

Empanadas de plátano macho

Ingredientes
(4 porciones)
  • 2 Plátanos amarillos 
  • 4 cucharadas de harina
  • Sal al gusto
  • Adobo al gusto
  • Mozzarella al gusto
Preparacion
  1. Corta las puntas de cada plátano, y luego córtalos a la mitad pero no las pelamos, esto es importante para evitar que el plátano absorba demasiada agua en la cocción.
  2. Agrega los plátanos a una olla con agua hirviendo. Cocina las piezas por 10 minutos o hasta que se sientan suaves al pincharlas con un tenedor. Déjalas enfriar. 
  3. Pela cada pedazo y ponlos en un recipiente. Usando un tenedor o un aplasta papas, tritura el plátano hasta que obtengas un puré espeso. 
  4. Agrega la harina, sal, adobo y mezcla bien. 
  5. Saca un pedazo de masa del tamaño de una pelota de tenis, y dale forma esférica moldeando con tus manos. 
  6. Pon la bola de plátano entre dos piezas de papel plástico para envolver comida. Aplasta la bola con tus manos hasta que tengas un disco de un tercio de un centímetro de grueso. 
  7. Remueve el papel que cubre la pieza. Agrega queso mozzarella en una de las mitades del disco. 
  8. Ayudándote del plástico bajo el plátano, levanta la mitad sin queso y dobla hasta que alcance la otra mitad. 
  9. Sella la empanada oprimiendo el borde con las puntas de tus dedos. 
  10. Fríe las empanadas en aceite de cocina hasta que estén doradas por ambos lados. Remuévelas y escúrrelas sobre papel de cocina. 

Cena de navidad para los astronautas del Apolo 8, 1968

Cena de navidad para los astronautas del Apolo 8, 1968



lunes, 25 de diciembre de 2017

Mermelada de jengibre

Ingredientes:

  • 300 gramos de jengibre rallado. 
  • Medio limón.
  • Un cuarto de manzana (o 50 cl del zumo de manzana obtenido a partir de una licuadora).
  • 200 gramos de azúcar (el 65 % del jengibre escurrido + la manzana + el zumo y piel de limón).

Preparación:

  1. Pelamos el jengibre y retiramos las impurezas que pueda tener.
  2. A continuación lo cortamos en juliana o lo rallamos. Nos interesa que el jengibre rallado sea lo más fino posible. En caso contrario, la cocción tardará mucho y no se ablandará.
  3. Además del jengibre, ponemos también a cocer la ralladura de medio limón, cortada en juliana.
  4. Lo vertemos en agua hirviendo y lo dejamos ahí hasta que adquiera una textura blanda. En mi caso, una hora y media/dos horas. Cuando lo vayamos a colar lo haremos sin desechar el agua de la cocción, dado que la necesitaremos después.
  5. Ahora vienen las matemáticas de la receta. No os preocupéis porque son extremadamente sencillas. Vamos a razonar un momento:
  6. En este punto de la receta, debemos mezclar el jengibre cocido, el zumo de medio limón, un poco de líquido de la cocción y algo de manzana.
  7. El líquido de la cocción se añade para que el jengibre termine de cocerse y ablandarse bien. Por otro lado, la manzana (rallada o licuada, con piel en cualquier caso) se añade para ayudar a espesar.
  8. Pesaremos la mezcla anterior y tomaremos nota del peso.
  9. Añadiremos, el 60 o 65 % de azúcar respecto al peso anterior.
  10. Teniendo en cuenta lo anterior, añadimos más o menos cantidad de cada ingrediente según nuestras preferencias. Podemos añadír 50 ml. de líquido de la cocción y 50 ml de zumo de manzana. Se puede añadir más líquido, considerando que se deberia incrementar la cantidad de azúcar y, probablemente, la de manzana.
  11. El jengibre tiene un sabor peculiar: es dulce pero fuerte. Pica mucho. Si no os gustan las emociones fuertes, es posible que necesitéis añadir más azúcar.
    Podéis, por ejemplo, añadir 100 ml. de líquido de la cocción y una manzana entera (rallada o su zumo). De esta manera obtendréis una mermelada no tan espesa (y muy rica). Probad la mezcla y si os parece demasiado picante, añadid más azúcar. Podéis hacerlo hasta el 100% del valor del peso total que habéis medido antes.
  12. En definitiva,  pasamos el jengibre a un bowl y lo mezclamos con el zumo de medio limón y, en mi caso, 50 ml. del líquido en el que hemos cocido el jengibre y el zumo de media manzana. Como habéis leído, esta cantidad es orientativa. Según cómo veáis que va quedando vuestra mermelada, podéis añadir más o menos cantidad.
  13. Pesamos y añadimos el 65 % (o más) de azúcar, según nos parezca.
  14. Removemos y pasamos a una pequeña olla, donde calentamos a fuego medio, bajo hasta que el azúcar se haya disuelto. Justo a continuación, incrementamos el fuego y dejamos calentar hasta que alcance el punto de mermelada: unos 15 minutos o 105 ºC.
  15. A continuación rellenamos los tarros que habremos esterilizado previamente, cerramos con fuerza y damos la vuelta al tarro.
  16. Lo dejamos así toda la noche, para que por el efecto del cambio de temperatura se haga el vacío.
  17. A la mañana siguiente ya podemos darles la vuelta.
  18. Los etiquetaremos para saber siempre cuál fue la fecha de envasado. Las mermeladas hecha de esta forma aguantarán, como mínimo, 12 meses.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Fidel


Pectina Casera

La pectina es una fibra natural presente en las plantas, concentrada sobre todo en las pieles de algunas frutas cómo los cítricos o la manzana.
Para que la mermelada salga espesa se necesita un ingrediente pectina. La manzana contiene pectina. Las frutas con pulpa no muy líquida contienen pectina suficiente para que, al mezclarse con el azúcar, la mermelada espese.
En los casos en que la fruta que se use para las mermeladas y jaleas no contenga pectina suficiente (melón, sandía, jengibre) es posible rallar un poco de manzana (piel incluida) y añadirla a la preparación.
Las frutas ricas en pectina son: la manzana, membrillo, cítricos, ciruelas y las grosellas. Las frutas con menor contenido en pectina son: moras, fresas, cerezas, piña, melocotón, calabaza, peras, melón...
Partiendo delas frutas que contienen grandes valores de pectina,podemos separar esta fibra de la fruta ara utilizarla en preparaciones.

Ingredientes:
  • 4 manzanas Granny Smith ecológicas poco maduras (cuanto más ácidas y menos maduras, más pectina tendrán)
  • Agua para cubrir las manzanas
Preparación:
  1. Lavar, pelar y trocear las manzanas.
  2. Cocemos las manzanas con el agua durante una hora.
  3. Colamos colocando una gasa sobre el colador o nuestra bolsa de hacer leche vegetal, dejando que escurra mínimo una hora o, para más comodidad, toda la noche.  
  4. A la mañana siguiente está lista la pectina. Es un líquido ligeramente turbio con textura gelatinosa.
  5. Lo que nos ha sobrado, lo volvemos a colar con la ayuda de una cuchara. De esta forma, lo que caiga del colador lo podemos usar cómo compota de manzana, y en el colador nos quedaría la piel y las pepitas de las manzanas..

Mermelada de manzanas

Para que la mermelada nos salga espesa se necesita un ingrediente denominado pectina. La manzana contiene pectina. Las frutas con pulpa no muy líquida contienen pectina suficiente para que, al mezclarse con el azúcar, la mermelada espese.
En los casos en que la fruta no contenga pectina suficiente (melón, sandía, jengibre) es posible rallar un poco de manzana (piel incluida) y añadirla a la preparación. La cantidad depende del gusto y de la cantidad de mermelada que estemos preparando.
Las frutas ricas en pectina son: la manzana, membrillo, cítricos, ciruelas y las grosellas. Las frutas con menor contenido en pectina son: moras, fresas, cerezas, piña, melocotón, calabaza, peras, melón...
La mermelada una vez abierta, debiera ser consumirda en el plazo de una semana.
El limon en las mermeladas, además de sabor, actúa como conservante.
En general, la mermelada contiene una proporción de azúcar del 45-65 % del peso de la fruta una vez lista para la elaboración (pelada, cocida, escurrida).

Ingredientes
  • 5 manzanas (cocidas y escurridas, 680 gr).
  • 408 gr. de azúcar (60 % del peso de las manzanas cocidas y escurridas).
  • La punta de una cucharadita de café de canela.
  • La punta de una cucharadita de café de nuez moscada.
  • Zumo de medio limón.
Preparacion

  1. Esterilizamos los tarros o botes de cristal, hervidos durante 20 minutos. Tapas separadas de los tarros. 
  2. Cocemos las manzanas durante unos 20 minutos aproximadamente; hasta que veamos que están más o menos blanditas.
  3. A continuación las escurrimos y las deshacemos un poquito con el tenedor. Añadimos el azúcar (entre el 45 y el 65 % del peso total escurrido - en mi caso el 60%, 408 gramos).
  4. Añadimos la canela, la nuez moscada y el zumo de limón. Removemos y lo vertemos todo sobre una olla. Movemos varios minutos, hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto correctamente.
  5. Dejamos cocer, a fuego medio/bajo durante unos 15-20 minutos, hasta que veamos que tiene la textura deseada. Vamos removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Lo que yo hice fue poner la tapa de la olla encima, entreabierta.
  6. Para comprobar si la mermelada está hecha, hay quien coge una cucharadita y le da la vuelta. Si no se cae, la mermelada está hecha.
  7. Si disponéis de un termómetro de cocina, podéis medir la temperatura de cocción. El punto de la mermelada se alcanza a los 105 ºC.
  8. Rellenamos los botes que habíamos esterilizado previamente. Los rellenamos hasta arriba del todo.
  9. Tapamos y volvemos a esterilizar. Al baño María durante 20 minutos por lo menos. En mi caso cubrí los botes por completo.
  10. Finalizada esta esterilización, sacamos del agua y dejamos enfriar boca abajo toda la noche.
  11. A la mañana siguiente etiquetamos los botes con la fecha de preparación y envasado. Esto es importante para no liarnos si dentro de un tiempo disponemos de muchas conservas.

Matcha

1 taza de Matcha = 10 tazas de Té verde común
El matcha (抹茶? AFI: [matːɕa]) es un té verde molido empleado en la ceremonia japonesa del té.
El té molido tiene su origen en la China de tiempos de la dinastía Song.
En el año 1191, el monje budista Eisai trajo el té molido al Japón, con la introducción del budismo (Zen). Con el tiempo, el té molido fue desapareciendo en la China, sin embargo arraigó en el Japón gracias a las costumbres de los monasterios budistas. Más tarde, las clases altas de la sociedad japonesa adoptaron este té, entre los siglos XIV y XVI.
La preparación del matcha comienza varias semanas antes de su cosecha. Primero se cubren las plantas del té para ocultarlas del sol. De esta forma se retrasa su crecimiento y se crea un color verde más oscuro en las hojas. Con este proceso el té gana en aminoácidos, creándose así un té más dulce.
Tras la cosecha, las hojas se colocan en una superficie plana para su secado. El resultado se llama "tencha" (碾茶). Se les retira el tallo y las venas antes de molerlas hasta conseguir una textura de polvo fino como el talco, de un verde intenso, conocido como "matcha".
Solo el "tencha" molido produce matcha. Otros tés molidos se conocen como "konacha" (粉茶).
El sabor del matcha depende de sus aminoácidos. Las mejores calidades tienen un sabor más dulce y más intenso. Las variedades más corrientes se obtienen de las últimas cosechas de la temporada.
Tradicionalmente, se sirve acompañado
de un dulce llamado wagashi
Las regiones productoras del Matcha son Uji en Kioto (llamándose el té de esta región "Ujicha"), y Nishio en Aichi (llamándose en este caso "Nishiocha").
Antes de servirlo, se pasa el matcha por un colador muy fino para eliminar los grumos, ayudándose con una espátula de madera.
En la ceremonia japonesa del té, el matcha colado se deposita primero en un recipiente llamado "chaki".

Ideal para tomarlo con leche, en jugos y
batidos, hasta en pastelería
Con una cucharilla especial de bambú llamada chashaku se pone una medida (una cucharadita) en el cuenco de té (llamado chawan). Se añade un poco de agua a unos 85ºC de temperatura. A continuación, se agita la mezcla rápidamente con la brocha de bambú llamada chasen hasta lograr una consistencia espumosa en la superficie. Se suele tomar sin ningún añadido, completamente natural, aunque existen variantes. Una de ellas es el famoso 'matcha latte', con leche.​ Tradicionalmente, se sirve acompañado de un dulce llamado wagashi.
El "Usucha", o té ligero, se prepara con media cucharadita de matcha y unos 75 ml de agua caliente, creándose un té más ligero y algo más amargo.
Para el "Koicha", o té espeso, se emplea más matcha (hasta seis cucharaditas en un cuenco agua) y se remueve la mezcla más lentamente produciendo una mezcla más espesa, sin espuma, y que resulta más dulce. El Koicha se sirve principalmente en las ceremonias japonesas del té.
El matcha es un ingrediente de la repostería japonesa como el ya mencionado wagashi, o el castella, manju, monaka y kakigori. También se emplea para batidos de leche, helados, púdines y otros postres occidentales.

Cochinillo Asado

Archivo General de la Nación Argentina
"Manual de la criada económica y de las madres de familias, que desean enseñar a sus hijas lo necesario para el gobierno de su casa". Buenos Aires, 1833.
Sala VII. Colección de impresos. Legajo 2549.
COCHINILLO ASADO. (Asado.) 
Es preciso escaldarle, esto se hace cojiéndole por el extremo de las patas y metiéndole todo en agua hirviendo, para despues raerle y quitarle el pelo. Se recoje el cuerpo y se atraviesa con el asador, y cuando está bien caliente, se baña cinco ó seis veces con agua que se tiene de prevencion en la grasera, con un puñado de sal. Se quita este agua, y se le baña despues con mucha frecuencia con aceite para que el pellejo cruja, y se sirve muy caliente al momento mismo que sale del asador.

viernes, 22 de diciembre de 2017

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Ensalada de Alcauciles Crudos y Vinagreta Fermentada

Ingredientes
Para la vinagreta

  • 1/2 taza de kombucha o vinagre a elección
  • 1 cda de mostaza de dijon
  • 1 taza de aceite de oliva extra virgen
  • Sal marina
  • Pimienta fresca molida

Para la ensalada

  • 12 alcauciles de estación
  • 2 dientes de ajo orgánico, pelados y picados

Preparacion

  1. Retirar las primeras dos líneas exteriores de hojas de los alcauciles. Pelar bien y retirar la punta. Cortar en finas rodajas y reservar con un poco de jugo de limón y ajo picado para evitar que se oxiden demás.
  2. Realizar la vinagreta en un bol mezclando vinagre de kombucha con sal y pimienta. Agregar emulsionando con aceite de oliva.
  3. Rociar sobre los alcauciles y servir de inmediato, eventualmente agregando menta fresca picada.


lunes, 18 de diciembre de 2017

Pesto de Tomates Secos

Ingredientes: 
(rinde una taza aprox.)

  • 1/3 taza o 50g de tomates secos orgánicos 
  • 2/3 taza o 150ml de agua 
  • ½ taza o 65g de semillas de calabaza (remojadas/activadas durante la noche si es posible)
  • 1 diente de ajo 
  • 2 cucharadas de aceite de oliva prensado en frío
  • Sal marina o de roca a gusto
  • Opcional: 1 cucharadita de miel 

Preparacion: 

  1. Colocar los tomates secos en un bol y cubrir con agua a temperatura ambiente (si están apurados remojarlos en agua recién hervida). 
  2. Dejarlos en remojo hasta que se ablanden, aproximadamente 30 minutos. 
  3. Escurrir los tomates en un colador sobre otro recipiente para recoger el agua - es necesario guardar el líquido para el pesto, ya que contiene muchos nutrientes y un montón de sabor.- 
  4. Procesar el ajo pelado y agregar los demás ingredientes, excepto la sal y la miel. 
  5. Procesar hasta que quede suave. 
  6. Condimentar con la sal y la miel a gusto.
  7. Conservar en un recipiente de vidrio bien cerrado en la heladera hasta por una semana. 


domingo, 17 de diciembre de 2017

Repollo Colorado Agridulce

Ingredientes:
  • 1 Repollo Colorado 
  • 1 Cebolla 
  • 3 cdas.de Aceite 
  • 2 cdas.de Sal 
  • 1 cda. de Pimienta 
  • 5 cdas.de Azúcar 
  • 1 Toque de Vinagre de Vino Tinto 
  • 1 Taza Vino Tinto 
  • 5 Clavos de Olor 
  • 3 cdas. Kümmel en Granos 
  • Compota: 
  • 1 Manzana 
  • 1/4 de Limón 
  • 3 cdas.de Azúcar 
  • 3 cdas.de Jalea de Membrillo, a Gusto 
Preparación: 
  1. Lavar el repollo, cortar por la mitad, sacar el tallo y las partes gruesas blancas. 
  2. Rallar con una mandolina o cortar con un cuchillo grande en rodajas finas. 
  3. Luego picar la cebolla en pequeños cubitos y rehogar en el aceite caliente. 
  4. Añadir el repollo y verter el vinagre enseguida para conservar el color (es el secreto). 
  5. Condimentar con la sal, la pimienta, el azúcar (la cantidad aprox. tres veces màs que la sal), los clavos de olor y el kümmel. 
  6. Cubrir con agua y hervir aprox. 30-45 minutos con olla tapada. 
  7. Después del primer hervor cocinar a fuego lento. Si se reduce el liquido agregar más agua o el jugo de la compota. 
  8. Pelar la manzana, cortar en rodajas finas, agregar el limón (cortado por la mitad) con cáscara, bastante azúcar (más que normal), cubriéndola con abundante agua (se necesita mucho liquido) y hervir 10 minutos. 
  9. Después de 30 minutos de cocción del repollo incorporar la compota con mucho liquido. 
  10. Antes de servir verter el vino para intensificar el aroma - sin hervir- .
  11. Con tres cucharas de jalea de membrillo se puede reemplazar la compota.
Notas:
  • El repollo se conserva bastante tiempo en la heladera o en frascos herméticos. 
  • Es imprescindible para guarniciòn de toda la carne de caza (jabalí, ciervo, liebre) y aves, patos y gansos. 
  • También para platos de carnes sin propia salsa como milanesas o carnes hervidas

Glasé Real

El glaseado real es un glaseado blanco y duro hecho de clara de huevo batida suavemente con azúcar glas y a veces zumo de limón o lima.

Ingredientes
  • 1 clara
  • 250 gramos de azúcar impalpable (glas, pulverizada)
  • 1 cucharadita de jugo de limón
Preparacion
  1. Poner en un bol, la clara, el jugo de limón y 100 gramos de azúcar impalpable bien cernida.
  2. Revolver bien y luego batir con batidora eléctrica y a velocidad máxima durante 5 minutos.
  3. Retirar de la batidora e ir incorporando el resto del azúcar de a poco y batiendo a mano hasta que el merengue forme picos firmes.
  4. Una vez pronto se cubre el baño con papel plast ( nailon, plástico ) y se cubre el recipiente con un paño.
  5. Este baño sirve para cubrir tortas y decorarlas con la manga.
Notas, consideraciones, tipos de puntos y usos

Para su elaboración se debe utilizar azúcar impalpable (glas, pulverizada ) de muy buena calidad y que tenga como respaldo una marca confiable. El azúcar debe estar bien tamizada.
Se comienza colocando en el bol de la batidora la clara (o las claras que tenemos destinadas hacer) el jugo de limón y parte del azúcar que indica la receta.
Se bate durante cinco minutos ( pueden ser unos minutos más pero nunca menos del tiempo estipulado).
Transcurrido ese tiempo se retira el glasé de la batidora y se comienza a incorporar de a poco el azúcar restante mientras se va mezclando con pala de madera. Recordar que el azúcar debe estar tamizada (cernirse).
Los movimientos que se hacen con la pala cuando estamos mezclando (en lo posible) es aplastando el merengue contra los bordes (casi sin movimientos envolventes ).
Esto evita que se agregue demasiado aire al baño y en el momento de decorar se nos dificulte por exceso de aire.
Son esos ruidos característicos que hace la manga cuando estamos decorando.
Una vez terminado el baño, dejarlo en reposo de 10 a 15 minutos y luego utilizarlo.
Se le puede dar el color que se desee antes o después del batido.
Cuando se va a trabajar con muchos colores conviene dividir el glasé (una vez logrado su punto ) en varios potes o recipientes y aplicarle a cada uno un color diferente.
Recordar que el color se acentúa una vez seco.
El color puede ser en polvo o en pasta.
Se puede guardar en la heladera cubriendo la superficie del glasé real con papel transparente de nailon y tapando el recipiente con cierre hermético.
Puede durar guardado de esta forma entre 3 y 4 meses.
Cuando se va a usar se retira de la heladera 24 horas antes para que tome temperatura ambiente.
Para que el punto quede exacto se vuelve a mezclar un poco antes de aplicarlo.
Mientras se está trabajando con el glasé o sea decorando con él, se debe cubrir el baño restante con papel plast (nailon, plástico) de forma que quede adherido al baño.
Además cubrir el recipiente con un paño.
Para cubrir la superficie de una torta o hacer puntos o centros de flores con este baño, su consistencia debe ser más liviana (no tan espeso) porque se trabaja con punteros de poca abertura lo que dificultaría la salida del glasé al ser tan consistente.
Para lograr este punto se agrega menos cantidad de azúcar de lo que indica la receta.
Se reconoce este punto cuando al tomar un poco del baño con una espátula de hoja lisa, éste no ofrece resistencia y se puede desplazar rápidamente por la superficie de la torta.
Otro detalle es que el aspecto del baño es brilloso.
Cuando lo queremos emplear específicamente para decorar debe tener más consistencia.
Para reconocer el punto levantamos un poco de glasé real con la espátula y cuando se logran formar picos que no caen, indica que está pronto, además el glasé es más opaco.
Este punto se logra agregándole más azúcar. El azúcar se incorpora como explicamos anteriormente.
Cuando queremos hacer hojas y flores su consistencia debe ser más firme que la anterior y presentar apenas un brillo casi insignificante en su superficie.
Y cuando tomamos un poco de glasé notamos que la consistencia del mismo es más sostenida que la del punto anterior.
Para hacer figuras de filigrana le agregamos 3 o 4 gotas de ácido acético por cada clara.
Esto lo afirma y le da más consistencia para poder armar estas piezas que son muy delicadas. Mezclar el baño tres minutos más aproximadamente.
Las piezas de flores, hojas etc, una vez prontas deben apoyarse sobre hojas transparentes de plast (nailon, plástico) o papel aluminio y dejarlas secar.
Para el glasé fluido, una vez realizado el glasé se aligera con agua, o jugo de limón o clara de huevo hasta que tenga una consistencia floja que permita rellenar las figuras pero sin invadir espacios.
Para comprobar si está en su punto justo se pone parte del glasé realizado en un recipiente.
Se retira una cucharita y se pone sobre un plato.
Sobre ésta se coloca una gota de glasé.
Si las dos se unen lentamente sin extenderse es que está en su punto justo.
De lo contrario se le agregará un poco más de azúcar al glasé para que tome más consistencia.
El glasé se mueve con suavidad y con el revés de una cuchara. Esto evita que entre aire, lo que le da más volumen a la figura y se corre el riesgo de quebrar al secarse.
La o las figuras a rellenar primero deben ser delineadas con chocolate cobertura derretido, dejándolo espesar un poco antes de utilizarlo.
Una vez delineadas las figuras se deja secar antes de rellenarlas.
Se le puede agregar el color que se desee al glasé fluido y luego se rellenan los espacios de acuerdo al color indicado para la figura.
Se seca igual que el glasé común, por lo tanto hay que tener las mismas precauciones para evitar que se seque mientras se está trabajando con él
El glasé para amasar; este punto se logra cuando al glasé ya preparado se le va agregando más azúcar impalpable a la vez que se va amasando hasta lograr una bola lisa que no se pega en las manos.
Sirve para hacer piezas específicas como payasos, pollitos y flores de diferentes tamaños etc.
El glasé es rígido, no tiene elasticidad como tiene la pasta de modelaje.
Se pueden hacer, como dijimos anteriormente, algunas figuras específicas pero no muchas porque la masa se quiebra una vez seca.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Pan de indio, un bocadillo bien patagónico

El "Pan de indio", comúnmente conocido como “Llao-Llao y cuyo nombre cientifico es Cyttaria hariotii, es un hongo comestible que provoca unas deformaciones en la lenga, formando los famosos "nudos de lenga". Antiguamente era comido por los Yaganes e incluso hoy en día es recolectado para diversas preparaciones y forma parte del Código Alimentario Argentino.


Todos los que alguna vez salieron a caminar por las áreas naturales boscosas de Tierra del Fuego han visto unos “globos” amarillos blancuzcos de 2 a 5 cm., adheridos a las ramas de los árboles de lenga, ñire o guindo, o simplemente en el suelo.
Muchas veces también pueden verse de color negro con agujeros, a modo de esponja. Estos “globos” no son frutos, sino hongos parásitos de la especie Cyttaria darwinii y son comúnmente conocidos como “pan de indio” explica el licenciado Pablo Jusim en una nueva publicación de Colección La Lupa, la revista científica del Cadic.
Este “pan” causa que los árboles generen agallas, que son esas grandes bolas o nudos de madera que crecen como tumores y provocan la muerte de las ramas aunque, en general, no la del árbol.
Se desarrolla entre primavera y verano, y pese a ser bastante insípido, antiguamente era comido por los Yaganes y de ahí el origen de su nombre.
Incluso hoy en día es recolectado para diversas preparaciones formando parte del Código Alimentario Argentino.
Gracias a varias investigaciones, hoy se sabe que este hongo tiene gran cantidad de proteínas y se encontró que baja la presión sanguínea en ratas, aunque aún no existen muchos estudios sobre este efecto en humanos.


Fue recogido por Charles Darwin en Tierra del Fuego durante el viaje del HMS Beagle en 1832, y nombrado en su honor cuando la especie fue descrita científicamente por el micólogo británico Rev. Miles J. Berkeley en 1842.
Es comestible, el sabor es suave y dulce. Tiene forma esférica, de 2 a 5 cm de ancho y crece en grupos. El micelio produce en la madera una reacción que forma nudos en los árboles, los cuales suelen ser utilizados en artesanías. Esta especie suele confundirse con el Cyttaria harioti; sin embargo pueden distinguirse fácilmente por su color: C. darwinii es amarillo pálido mientras que C. hariotii tiene un tono amarillo-naranja. Se distribuye solo en América del Sur, principalmente en Argentina y Chile, hasta una altitud de 1700 msnm.
En 2011 (aunque la investigación comenzó en 2005), el doctor Diego Libkind,  investigando el fruto del hongo, encontró la levadura silvestre Saccharomyces eubayanus en las coordenadas 41 ° Sur y 71 ° Oeste. Esta especie de levadura representa uno de los parentales que dio origen a la levadura lager con la cual se produce hoy en día este tipo de cerveza. Es de suma importancia para la industria cervecera ya que la levadura lager es utilizada para producir cerca del 95 por ciento de cervezas a nivel mundial.


sábado, 9 de diciembre de 2017

Ajenjo

Nombre científico: Artemisia absinthium (familia Asteracaea)
Nombres comunes: ajenjo, ajorizo, artemisia, hierba santa,
hierba maestra

Introducción

Esta hierba amarga es nativa de Europa y se ha utilizado tradicionalmente para una gran variedad de padecimientos, incluyendo el dolor de estómago causado por infecciones del sistema digestivo o parásitos intestinales, así como sugiere su nombre (en inglés, worm significa lombriz y wood es madera.)

En el siglo XX se hizo muy popular en forma de absintio, un alucinógeno derivado de esta hierba en una preparación muy concentrada que normalmente se mezclaba con alcohol. Desde entonces el ajenjo se ha quedado con la fama de ser una droga peligrosa (con razón, ya que en esta forma concentrada causó daño a muchas personas.) Actualmente muy pocas personas conservan el conocimiento de su uso medicinal, aunque una dosis apropiada para medicina no causa ningún tipo de intoxicación. Además, por ser una de las hierbas más amargas del mundo el ajenjo como infusión medicinal no es muy apta para un consumo abundante.

Descripción

Es una hierba perenne que mide entre 40 y 150 centímetros de alto con un rizoma leñoso y hojas de un color entre verde y azul cubiertas con un fino vello blanco plateado, la flor es pequeña y amarilla.

Contraindicaciones:

Por lo mismo que causa la contracción del útero, el ajenjo NO SE DEBE INGERIR POR MUJERES EMBARAZADAS ya que podría resultar en aborto o parto prematuro.
No es apto para niños ni para mujeres amamantando, y no se debe utilizar para alguien que toma fenobarbital u otros barbitúricos. Siempre consulta con un médico o farmacólogo antes de mezclar medicamentos, aunque sean naturales.

Usos en la medicina tradicional

  • Como infusión: 
    Los curanderos que utilizaban la infusión de ajenjo primero tenían que hervir 200 mililitros de agua, luego agregaban aproximadamente 2 gramos (10 hojas frescas) de la hierba fresca, frecuentemente con todo y tallo.
    Para lombrices u otros parásitos intestinales, algunos agregaban un diente de ajo. Como la infusión es extremadamente amarga, otros ingredientes se añadían para mejorar el sabor, por ejemplo las hojas de poleo, menta o hierba buena, miel o azúcar y/o el jugo de limón.
  • Dolor de estómago: 
    Tradicionalmente la infusión se ha utilizado para calmar el dolor de estómago y/o diarrea, especialmente si la causa es parásitos intestinales o las bacterias que comúnmente se encuentran en agua no purificada y comida podrida, sin embargo no se empleaba para tratar úlceras. El tratamiento consistía en tomar una infusión tres veces al día, 30 minutos antes de comer, por un máximo de tres días. Para lombrices se consideraba necesario repetir el tratamiento exactamente dos semanas después de la primera dosis.
  • Problemas de menstruación o parto:
    Una propiedad de esta hierba es que causa contracciones uterinas (de la matriz.) Por eso, en tiempos antiguos se recetaba la infusión de ajenjo a mujeres y adolescentes que tenían la menstruación débil o irregular, o para facilitar el parto. Para fortalecer la menstruación, las mujeres tomaban dos infusiones diarias los cinco días antes de empezar la regla.
  • Como emplasto:
    El emplasto se hacía machacando una taza de la hierba y luego cubriéndola con agua caliente, sólo lo suficiente para darle la consistencia de una pasta. Después se aplicaba sobre el área afectada y se dejaba enfriar o hasta un máximo de tres horas.
  • Gripa y resfriado:
    Varios grupos de indígenas aplicaban un emplasto de ajenjo sobre el pecho para aliviar los síntomas del resfriado y gripa.
  • Heridas y huesos rotos:
    Probablemente debido a su efecto antibacteriano, el emplasto o infusión de esta hierba se utilizaba para lavar o desinfectar heridas; el emplasto también se aplicaba sobre las fracturas de hueso.
  • Después del parto:
    Los Okanagan-Coleville indígenas de Canadá y Washington preparaban un emplasto de ajenjo para usar como toalla femenina después del parto, para curar las "heridas internas".
  • Otros usos: 
    La planta fresca o seca sirve para repeler insectos; puedes poner las ramas debajo de la cama o en el armario para evitar polillas y otros insectos. En la jardinería orgánica, la infusión de ajenjo se aplica con atomizador para repeler plagas.

Mejora de la Fibromialgia desde la Nutrición


La alimentación es una potente herramienta de salud, tanto para las personas sanas como para aquellas que tienen alguna patología que cursa con dolor crónico, como la fibromialgia (FM). Aunque esta enfermedad tiene como síntoma principal el dolor, también conlleva cansancio, disfunciones cognitivas, trastornos del sueño, alteraciones gastrointestinales, etc. Además de todo esto, las personas con fibromialgia suelen sufrir otras patologías relacionadas con la dieta como algunas intolerancias alimentarias, el síndrome del colon irritable y la obesidad. Todo ello está estrechamente relacionado con la alimentación, de manera que ésta tanto puede empeorar esos síntomas y propiciar otras patologías, como, al contrario, puede mejorarlos y mitigar o frenar la aparición de otros problemas de salud.

En la comunidad científica se reconoce que el tratamiento más eficaz para esta patología, como en casi cualquiera de carácter crónico, es el abordaje multidisciplinar, en el que no sólo se utilicen los fármacos, sino también la actividad física adaptada, la educación al paciente sobre su enfermedad, las técnicas de relajación, y la terapia cognitivo-conductual. Por el momento, el asesoramiento nutricional no está contemplado en los protocolos de tratamiento de la FM; sin embargo, a día de hoy, ya hay suficientes y sólidos conocimientos científicos que pueden aplicarse para ayudar a los pacientes. Eso sí, es muy importante que cualquier cambio dietético se haga basado en la evidencia científica, y teniendo en cuenta toda la situación particular del paciente (patologías, medicación, posibles intolerancias, etc).

En muchos estudios se ha observado que con la fibromialgia el organismo sufre unas alteraciones metabólicas que son de máxima importancia. Por un lado, hay un elevado estrés oxidativo y también un estado de inflamación crónica, factores que además se retroalimentan en una especie de círculo vicioso: cuanto más estrés oxidativo hay, más inflamación crónica se produce, y viceversa. En realidad, a día de hoy, todavía se desconoce si esto es causa o consecuencia, pero en cualquier caso parece claro que las defensas antioxidantes internas son insuficientes, que hay niveles bajos de minerales y otras sustancias antioxidantes y niveles altos de otras moléculas que son pro-oxidantes (que favorecen la oxidación) y pro-inflamatorias. Cuando hay mucha oxidación, el organismo acumula sustancias de deshecho de su propio funcionamiento y eso, junto a la inflamación, provoca alteraciones a nivel metabólico, endocrino, inmunológico e incluso neurológico. Además, es importantísimo tener en cuenta la relación entre ese estado de oxidación-inflamación y otras patologías, como la obesidad o el síndrome metabólico, y también las alteraciones a nivel de la función gastrointestinal e incluso de la microbiota intestinal (flora intestinal).

Un dato muy sólido que tenemos a día de hoy es que en los pacientes con fibromialgia hay una mayor incidencia de sobrepeso y obesidad, y que cuando se consigue una pérdida de peso, se produce una mejora en la sintomatología y en la funcionalidad de estas personas. Esa mejora se observa especialmente cuando lo que se consigue es una pérdida de masa grasa corporal y no de masa muscular. En este sentido, los pacientes que conservan mejor su musculatura tienen unos parámetros de síntomas y de calidad de vida mejores. Es por eso que con la dieta y el ejercicio muy adaptado se debe conseguir por lo menos mantener la masa muscular. Una dieta adecuada procurará una óptima nutrición con las calorías justas y necesarias (sin que falten ni que sobren) y todos los nutrientes indispensables para el buen funcionamiento del organismo y para la recuperación de todas sus funciones. El dolor y la falta de energía puede empeorarse cuando hay un desequilibrio nutricional por ingesta no adecuada de alguna vitamina, mineral, etc. Por todo ello, es prioritario que la persona que padece fibromialgia tenga una alimentación lo más cuidada posible, con una dieta ajustada en calorías pero a la vez muy rica en nutrientes. Esto ayudará a mejorar la patología, el estado general de la persona, su salud y su calidad de vida. Nuestro organismo es una máquina muy compleja y necesita de muchos elementos para un correcto funcionamiento; si algunos faltan o no están en cantidad suficiente, se generan consecuencias negativas.

Es muy importante tener en cuenta que hay otros factores que están alterados cuando existe dolor crónico y que influyen también en la alimentación y el estado nutricional. Es el caso del descanso, el sueño y el estrés. Los dos primeros son imprescindibles para que nuestro organismo funcione adecuadamente a nivel del sistema nervioso, del metabolismo y del sistema inmunitario. Y el estrés siempre empeora todas las funciones a estos niveles. También se está empezando a observar cómo la microbiota intestinal se ve alterada por todo ello. De manera que dormir poco o mal, y estar bajo situación de estrés de forma continuada, empeora el dolor, altera la alimentación, favoreciendo la ingesta de más calorías, sobre todo en forma de azúcares o grasas (fuentes de energía), y por tanto favorece el incremento de peso.

Estos factores también aumentan la inflamación crónica y el estrés oxidativo, con lo que son perpetuadores de la sintomatología de la fibromialgia. Una mejora de conjunto en el descanso, la actividad física y la gestión de las emociones serán sin duda de gran ayuda para la adherencia al cambio dietético que finalmente ayudará al paciente a sentirse mejor. También es muy recomendable seguir un estilo de vida saludable que contemple actividades al aire libre, para favorecer la síntesis de vitamina D que se produce en nuestra piel cuando la exponemos al sol. En este sentido, con unos 30 minutos diarios de paseo en horas agradables de sol serán suficientes.

Y entonces, ¿cuál es la mejor dieta para la fibromialgia?

A pesar de que hay muchas dietas que se promueven como la solución para la fibromialgia, no hay suficientes estudios todavía para demostrar que alguna de ellas es superior a otras, y menos todavía que un alimento por sí mismo pueda ser la solución. De momento ni la dieta macrobiótica, ni la del grupo sanguíneo, ni las de exclusión, ni la alcalina y ni siquiera la dieta sin gluten tienen estudios que demuestren que son la panacea para esta u otra enfermedad. Sí hay algún trabajo experimental en el que se ha observado que la dieta vegetariana puede proporcionar mejoraría en pacientes con FM; sin embargo, no son resultados concluyentes, y este tipo de dieta entraña riesgos de déficits nutricionales en algunos nutrientes como el hierro, la vitamina B12, etc. El beneficio observado se debe seguramente al efecto de ordenar la alimentación por un lado, y por otro al aumento de la ingesta de antioxidantes (a través de los alimentos vegetales) y anti-inflamatorios, como los omega-3 de los frutos secos y semillas.

También algunos estudios han valorado si la dieta sin gluten mejora la enfermedad; sin embargo, los datos aún son muy preliminares y los resultados contradictorios. Queda claro que la dieta sin gluten es beneficiosa para los pacientes con FM que además son celíacos, pero no se ha demostrado que este tipo de dieta sea óptima para los pacientes con FM que no tienen ni celiaquía ni sensibilidad al gluten no celíaca. Por tanto, no es recomendable excluir el gluten de la dieta si no es por una intolerancia, en este caso la celiaquía diagnosticada.

De todos modos, las personas que han probado este tipo de cambio dietético en ocasiones encuentran una mejoría de sus síntomas, sobre todo al principio, que está más relacionada con otros aspectos intrínsecos de ese cambio que no tienen que ver con el gluten. Al eliminarlo, se dejan de comer hidratos de carbono refinados y azúcares y además se incrementa el consumo de vegetales, de manera que todo esto ya genera un beneficio para la salud. En general, debemos tener en cuenta que cualquier dieta que elimine grupos de alimentos tiene un riesgo para la salud, pues puede provocar déficits nutricionales que pueden ser muy perjudiciales. Por ejemplo, la eliminación de lácteos, sin ajustar correctamente la alimentación, puede provocar una falta de calcio y de vitamina D, con múltiples consecuencias negativas para la salud, especialmente en las mujeres que justamente son las que más padecen esta enfermedad. A día de hoy, y hasta que no haya más datos basados en la ciencia, la mejor dieta para la fibromialgia es aquella individualizada a cada persona, adaptada a las intolerancias diagnosticadas y a las alteraciones gastrointestinales que puedan existir, y basada en el modelo de Dieta Mediterránea, pues ésta tiene un gran potencial antiinflamatorio y una gran riqueza en nutrientes y antioxidantes.


Según este modelo, hay una serie de consejos básicos que pueden seguirse, como:

  • No pasarse con las calorías: comer lo necesario, ni por exceso, ni por defecto.
  • Comer 3 raciones de fruta y 2 de verdura al día (una cruda y otra cocinada).
  • Tomar raciones moderadas de cereales y pan, pero siempre integrales.
  • Tomar derivados fermentados cada día (1 yogur).
  • Tomar legumbres tres veces por semana (en cantidades pequeñas).
  • Incorporar dos veces por semana pescado azul .
  • Cada día una pequeña ración de frutos secos (nueces, almendras, avellanas) y también de semillas (sésamo, chía, amapola, calabaza).
  • Beber suficientes líquidos, unos 2 litros de agua, también en infusiones, caldos y zumos naturales.
  • Tener horarios ordenados, no saltarse comidas y evitar picar entre horas.
  • Evitar alimentos con alto contenido en azúcares y grasas, cuyo consumo debe ser ocasional (galletas, pastas dulces, refrescos, zumos azucarados, snacks, embutidos, etc). En general, tomar cuantos menos alimentos procesados mejor.

Y en cuanto a suplementos nutricionales, todavía no hay estudios suficientes para una recomendación genérica; sin embargo, algunos pueden ser de gran utilidad para complementar la dieta y conseguir llegar a los requerimientos nutricionales, por ejemplo de vitaminas, de algunos minerales como el magnesio, de ácidos grasos de tipo omega-3, fibras, etc. De manera que esta valoración de nuevo debe hacerse para cada persona y por un profesional de la nutrición. No hay que olvidar que la alimentación debe aportar día a día todos y cada uno de los nutrientes necesarios para mantener el buen funcionamiento de nuestro organismo; por tanto, es un factor crucial que no podemos olvidar, más todavía cuando padecemos una patología crónica.



Texto de la Dra. Laura Isabel ArranzProfesora asociada, Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona.@LauraIArranz
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