Los probióticos son microorganismos vivos y activos que se ingieren para alterar la flora gastrointestinal por sus múltiples beneficios para la salud.
A menudo se les conoce como bacterias ''buenas'' en el intestino y compiten con las bacterias ''malas'' por los sitios de adhesión para eliminar al organismo de los patógenos o aumentar el sistema inmunológico de la persona.
Sus beneficios se notaron por primera vez hace siglos, cuando las personas comenzaron a comer alimentos fermentados. Hoy en día, esos alimentos incluyen verduras fermentadas, chucrut, miso, queso fermentado, kéfir, yogur, tempeh, pepinillos, kimchi, aceitunas verdes, vino, natto y pan de masa fermentada.
Pero además de los alimentos fermentados, los suplementos de probióticos están disponibles en pastillas, en polvo y en forma masticable.
En este sentido, los beneficios potenciales de los probióticos están muy extendidos, pero no existe una aplicación única para todos. Y es que, hay cientos de probióticos, cada uno con una función y unos beneficios diferentes. ¿Quieres saber cuáles son? ¡Apunta!
- Lactobacillus. Las bacterias Lactobacillus se encuentran en el tracto urinario y gastrointestinal y son las bacterias más abundantes de la vagina. Estas bacterias aeróbicas formadoras de ácido láctico son el probiótico más utilizado en alimentos como el yogur. Su capacidad para formar biopelículas les permite sobrevivir en condiciones difíciles, como el bajo pH del ácido estomaca.
- Lactobacillus acidophilus. La investigación sugiere que puede ayudar a ciertas afecciones vaginales, tratar la diarrea y aumentar la inmunidad. Es más, los supositorios de L. acidophilus han tenido éxito en el tratamiento de la vaginosis bacteriana, y algunas investigaciones demuestran que la ingestión o la aplicación de este a la vagina puede ayudar a prevenir las infecciones por hongos.
- Lactobacillus helveticus con Bifidobacterium longum. Juntos, L. helveticus y B. longum pueden tener propiedades de estimulación inmunológica y la capacidad de tratar afecciones psicológicas, mejorar la salud general y las afecciones de la piel, como la dermatitis atópica. L. helveticus se usa más comúnmente en la fermentación de la leche para producir quesos italianos y suizos. Además, ambas especies se pueden encontrar en kéfir, ciertos yogures y en forma de suplemento.
- Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus con Streptococcus thermophilus. La combinación de probióticos de L. delbrueckii subsp. Bulgaricus y S. thermophilus se encuentran más comúnmente en el yogur y se pueden usar para aumentar la inmunidad. Un estudio piloto encontró que los pacientes en la UCI por lesión cerebral traumática mostraron una reducción significativa en la duración de la estadía y un menor riesgo de infección.
- Lactobacillus plantarum. L. plantarum puede tener un impacto significativo al mejorar la salud psicológica, aumentar la inmunidad y mejorar las condiciones metabólicas. Varios estudios han demostrado que una ingesta diaria de L. plantarum puede reducir la ansiedad y la depresión y mejorar los síntomas del autismo. La ingesta de L. plantarum puede ser beneficiosa en ciertos trastornos metabólicos al reducir el IMC, mejorar la presión arterial, disminuir el colesterol y reducir la oxidación de las grasas. También puede disminuir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en los fumadores.
- Lactobacillus reuteri. L. reuteri puede reducir la inflamación y las alergias y servir como un tratamiento potencial para las enfermedades proinflamatorias. Varios estudios han demostrado una reducción de la infección y marcadores inflamatorios en enfermedades como la artritis reumatoide, la fibrosis quística y las alergias generales y la inflamación de las vías respiratorias. Además, las investigaciones sugieren que este probiótico puede disminuir el eccema en los niños, y la suplementación oral puede disminuir los casos dentales. L. reuteri se puede encontrar en ciertos vegetales y productos lácteos fermentados.
- Lactobacillus rhamnosus GG. Es más probable que sobreviva en el intestino en comparación con otras especies del género Lactobacillus. Es uno de los probióticos más efectivos para tratar la diarrea infecciosa y se puede usar para promover la salud vaginal y tratar ciertas afecciones pediátricas. Además de tratar la diarrea aguda en niños, LGG también puede prevenir las caries dentales y mejorar la salud neurológica infantil, reduciendo el riesgo de desarrollar ADD o ADHD. LGG se puede encontrar en el kéfir y en ciertas marcas de bebidas de kombucha y yogur, así como en suplementos y polvos.
- Lactobacillus casei. Los estudios sobre L. casei sugieren que puede desempeñar un papel importante en el eje intestinal-cerebral al mejorar la salud mental y neurológica. La suplementación de L. casei produjo una disminución significativa de la ansiedad y la depresión en personas con síndrome de fatiga crónica y mejoró el estado de ánimo y la cognición en personas con autismo. La suplementación también se ha asociado con síntomas mejorados de esclerosis múltiple y cognición mejorada.
- Bifidobacterium bifidum. La investigación sugiere que B. bifidum puede aumentar la inmunidad y mejorar el eccema en los bebés. También es un tratamiento esperanzador para ciertas afecciones gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea del viajero, SII, colitis ulcerosa y H. pylori. Las fuentes alimenticias de B. bifidum incluyen yogur, kéfir, suero de leche, miso, tempeh, pepinillos, kimchi, carnes curadas, algunos vinos y vinagres, chucrut y pan de masa fermentada. Los suplementos también están disponibles.
- Bifidobacterium infantis. B. infantis puede ser beneficioso para la salud mental y posee propiedades antiinflamatorias. Las primeras investigaciones mostraron que una mezcla de cepas probióticas que incluía B. infantis mejoró los síntomas de ansiedad, depresión y trastorno del espectro autista. Aunque B. infantis se puede encontrar en ciertos productos lácteos, como el yogur, es más común como suplemento.
- Saccharomyces boulardii. A diferencia de los probióticos bacterianos, S. boulardii es una levadura que se ha utilizado durante casi 30 años para tratar varias afecciones gastrointestinales. Este probiótico se ha utilizado en el tratamiento y la prevención de la diarrea en niños y bebés.
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