Por otra parte, las semiconservas, a pesar de lo que muchos piensan, no permanecen en perfecto estado durante tanto tiempo, y, además, no es posible guardarlas a temperatura ambiente, sino que es necesario preservarlas en lugares frescos, es decir, en la nevera.
Las semiconservas no son sometidas a ningún proceso de esterilización, tan solo son sometidas a un proceso que estabiliza el alimento durante un tiempo determinado. Una semiconserva muy común son las anchoas, por ejemplo.
Los productos en semiconserva están crudos, aunque generalmente conservados en productos naturales como el vinagre, la sal, el almíbar, etc.
Una conserva tiene un tiempo estimado de caducidad de entre 3 y 4 años desde el momento de su elaboración, mientras que las semiconservas suelen tener un tiempo de entre tres meses y un año antes de perder todas sus propiedades y resultar perjudicial para el consumo humano.
En cualquier caso, ambas, tanto la conserva como la semiconserva, una vez han sido abiertas es necesario guardarlas en la nevera y consumirlas en un período corto de tiempo.
Un detalle a tener en cuenta en el caso de las semiconservas es que, a pesar de que han de guardarse en la nevera para preservarlas en buen estado, a la hora de ser consumidas ha de hacerse a temperatura ambiente, por lo que es recomendable sacarlas de la nevera un par de horas antes de su consumo.
Siempre, tanto en conservas como en semiconservas, hemos de seguir las recomendaciones y vigilar la fecha de caducidad que encontraremos en los envases. Cada fabricante se encargará de recomendar la mejor forma para mantener en perfecto estado de consumo sus productos.
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