- 300 gramos de jengibre rallado.
- Medio limón.
- Un cuarto de manzana (o 50 cl del zumo de manzana obtenido a partir de una licuadora).
- 200 gramos de azúcar (el 65 % del jengibre escurrido + la manzana + el zumo y piel de limón).
Preparación:
- Pelamos el jengibre y retiramos las impurezas que pueda tener.
- A continuación lo cortamos en juliana o lo rallamos. Nos interesa que el jengibre rallado sea lo más fino posible. En caso contrario, la cocción tardará mucho y no se ablandará.
- Además del jengibre, ponemos también a cocer la ralladura de medio limón, cortada en juliana.
- Lo vertemos en agua hirviendo y lo dejamos ahí hasta que adquiera una textura blanda. En mi caso, una hora y media/dos horas. Cuando lo vayamos a colar lo haremos sin desechar el agua de la cocción, dado que la necesitaremos después.
- Ahora vienen las matemáticas de la receta. No os preocupéis porque son extremadamente sencillas. Vamos a razonar un momento:
- En este punto de la receta, debemos mezclar el jengibre cocido, el zumo de medio limón, un poco de líquido de la cocción y algo de manzana.
- El líquido de la cocción se añade para que el jengibre termine de cocerse y ablandarse bien. Por otro lado, la manzana (rallada o licuada, con piel en cualquier caso) se añade para ayudar a espesar.
- Pesaremos la mezcla anterior y tomaremos nota del peso.
- Añadiremos, el 60 o 65 % de azúcar respecto al peso anterior.
- Teniendo en cuenta lo anterior, añadimos más o menos cantidad de cada ingrediente según nuestras preferencias. Podemos añadír 50 ml. de líquido de la cocción y 50 ml de zumo de manzana. Se puede añadir más líquido, considerando que se deberia incrementar la cantidad de azúcar y, probablemente, la de manzana.
- El jengibre tiene un sabor peculiar: es dulce pero fuerte. Pica mucho. Si no os gustan las emociones fuertes, es posible que necesitéis añadir más azúcar.
Podéis, por ejemplo, añadir 100 ml. de líquido de la cocción y una manzana entera (rallada o su zumo). De esta manera obtendréis una mermelada no tan espesa (y muy rica). Probad la mezcla y si os parece demasiado picante, añadid más azúcar. Podéis hacerlo hasta el 100% del valor del peso total que habéis medido antes. - En definitiva, pasamos el jengibre a un bowl y lo mezclamos con el zumo de medio limón y, en mi caso, 50 ml. del líquido en el que hemos cocido el jengibre y el zumo de media manzana. Como habéis leído, esta cantidad es orientativa. Según cómo veáis que va quedando vuestra mermelada, podéis añadir más o menos cantidad.
- Pesamos y añadimos el 65 % (o más) de azúcar, según nos parezca.
- Removemos y pasamos a una pequeña olla, donde calentamos a fuego medio, bajo hasta que el azúcar se haya disuelto. Justo a continuación, incrementamos el fuego y dejamos calentar hasta que alcance el punto de mermelada: unos 15 minutos o 105 ºC.
- A continuación rellenamos los tarros que habremos esterilizado previamente, cerramos con fuerza y damos la vuelta al tarro.
- Lo dejamos así toda la noche, para que por el efecto del cambio de temperatura se haga el vacío.
- A la mañana siguiente ya podemos darles la vuelta.
- Los etiquetaremos para saber siempre cuál fue la fecha de envasado. Las mermeladas hecha de esta forma aguantarán, como mínimo, 12 meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario