Una alternativa al gazpacho, en época de calor, es el ajo blanco que se hace en Málaga, herencia de la sopa de almendras. En Córdoba se cocina uno a base de piñones. Véase esta mención del Estebadillo:
Comimos al mediodía un gazpacho que me resfrió las tripas y a la noche un ajo blanco que me encalabrinó las entrañas, y lo que más sentí fue que teníamos un pollino por repostería, el cual, debajo de los reposteros de dos pellejos lanudos, nos guardaba y conservaba dos botijas, cuyo licor, no siendo ondas de Ribadavia, eran olas del Betis. Y como yo estaba enseñado a diferentes licores y a regalados manjares, me hallé arrepentido de haber vuelto media legua atrás de mi derecho camino (Estebanillo. Cátedra, 1990; I, 201)Modo de hacerlo:
Se pelan 30 almendras y se les quita la piel. En un almirez las majamos hasta que queden muy trituradas y le añadimos cuatro dientes de ajo. A continuación le ponemos una miga de pan remojada y seguimos majando durante un buen rato. Muy lentamente le incorporamos cuatro cucharadas de buen aceite y lo removemos como si hiciéramos una mahonesa. Le añadimos una cucharada de vinagre y seguimos batiendo hasta que quede todo muy bien mezclado. Lo ponemos en una cuenco incorporándole agua fría para deshacer la mezcla. Cuando queda claro le ponemos unas uvas y le picamos unos costrones de pan. Se rectifica de sal.
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