Con un sabor salado, ácido y terroso que puede resultar un poco extraño al primer intento, encuentro que mi cuerpo anhela esta bebida después de unos días de dosis regulares.
Ingredientes
- 3 remolachas grandes (lavadas, con piel es mejor)
- 2 cucharadas de cultivo (puede ser suero, jugo de fermentación previa o kéfir)
- 1 cucharadita de sal sin procesar (el Himalaya es mejor)
- 4 tazas de agua filtrada o suficiente para cubrir
- Se pueden agregar sabores adicionales como limón, jengibre, cúrcuma, etc.
Preparación
- Lave y pique la remolacha, mezcle agua, cultivo y sal para hacer una salmuera y agregue el lote a un frasco.
- Pese las remolachas debajo de la salmuera con pesos de fermentación u otro frasco. Selle el frasco con una esclusa de aire o una tapa hermética, y recuerde hacer "eructar" cada pocos días si no usa una esclusa de aire.
- Después de 5-7 días a temperatura ambiente, notará burbujas cuando la remolacha comience a fermentar. Por lo general, fermentamos el nuestro durante unos 10-14 días, pero puede probarlo a su gusto, momento en el que puede drenar el líquido y refrigerar.
Un tónico tan simple pero profundamente nutritivo, rico en probióticos y bacterias beneficiosas, el kvas de remolacha es un ganador en este hogar.
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