Piernas de cordero asadas, gigantescos cerdos metidos directamente en el horno... Las películas nos han dejado una serie de tópicos imborrables sobre los alimentos que, en plena Edad Media, se metían entre pecho y espalda los habitantes de la vieja Europa.
Sin embargo, un nuevo estudio elaborado por el paleobiólogo Koen Deforce ha logrado arrojar luz sobre la verdadera dieta que se seguía entre los siglos XII (cuando los caballeros cubiertos de armadura comenzaba a cabalgar las campiñas) y finales del XVI. Y todo ello, gracias al polen encontrado en heces fosilizadas de esa época.
El estudio ha sido publicado recientemente en la revista científica «Quaternary International» bajo el título «The interpretation of pollen assemblages from medieval and post-medieval cesspits: New results from northern Belgium» («La interpretación de los conjuntos polínicos de pozos negros medievales y post-medievales: Los nuevos resultados del norte de Bélgica»).
Dirigido por Deforce -perteneciente al Real Instituto Belga de Ciencias Naturales-, ha contado además con la colaboración de otros expertos de instituciones internacionales como el «OD Earth and History of Life». Al final, todos ellos han colaborado para romper mitos en torno a la dieta medieval.
Unas heces con solera
Deforce ha podido reconstruir la dieta que se seguía en la Edad Media gracias a los restos de polen hallados en heces fosilizadas (coprolitos) fechados entre los años 1100 y 1700. Estos han sido encontrados en pozos negros, antiguas letrinas y viejos retretes ubicados en castillos de la actual Bélgica.
En palabras del experto, los resultados han podido obtenerse gracias a que el polen cuenta con una capa exterior única que le permite pasar por el tracto digestivo sin dañarse. Eso hace que sea sumamente sencillo establecer a qué tipo de planta pertenecía, así como de donde provenía, a pesar de que hayan pasado siglos desde su excreción.
A su vez, y tal y como afirma el experto en el estudio, el polen es una sustancia que, les gustase o no, comían habitualmente sin darse cuenta en la Edad Media en el momento en que ingerían vegetales, grano u alimentos similares.
Por ello, para Deforce fue relativamente sencillo encontrarlo en las heces fosilziadas una vez que dio con ellas en los lugares que ya hemos señalado anteriormente. De hecho, los coprolitos de animales ya desvelaron recientemente la ruta que realmente había seguido el ejército de Aníbal a través de los Alpes.
Entonces, ¿qué comían?
Tras la investigación, el experto ha determinado que había varios alimentos que comían habitualmente los habitantes de la Edad Media en esta parte de Europa.
- Cereales y grano.
- Verduras de «hojas verdes» como acelgas y espinacas.
- Flores en vinagre.
- Alcaparras.
- Hierbas y especias.
- Hojas de remolacha.
A su vez, ha logrado encontrar restos de las plantas que se usaban para cocinar, así como restos de plantas que fueron utilizadas para fines farmaceúticos.
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