El pan constituía el elemento esencial, no era cortado sino partido con las manos.
Los pobres lo comían de cebada, los ricos de trigo.
El grano se molía entre dos muelas de piedra, tarea que casi siempre estaba destinada a las mujeres.
Los granos de trigo tostado constituían un aderezo para las carnes.
Triturado en forma gruesa, se convertía en sémola que servía para hacer una papilla.
La leche de vaca era un alimento raro y menos apreciado que la de oveja o de cabra, pues tenía tendencia a cuajarse con mayor rapidez.
La miel también formaba parte de la dieta junto a las legumbres que ocupaba un lugar destacado en la alimentación.
La crema de berenjenas, pescados con salsas agridulces, dátiles del desierto rellenos de almendra y miel eran productos típicos que consumían todas las clases sociales.
Entre los postres destacaban los higos y melocotones secos al sol y las uvas.
La sardina era el pescado más común que se consumía.
La carne de Cordero se utilizaba sobre todo en celebraciones como la Pascua ya que era un producto caro.
Azafrán, ajo, laurel, romero, tomillo, eran especies muy frecuentes en los guisos.