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sábado, 7 de octubre de 2017

Crema Catalana

La crema catalana (conocida también como crema quemada o, en Cataluña, simplemente crema) es un postre muy típico de la cocina catalana, y de la cocina europea en general, y que consiste en una crema pastelera con base en yema de huevo que se suele cubrir con una capa de azúcar caramelizado en su superficie para aportar un contraste crujiente.
aparece en los recetarios medievales catalanes Llibre de Sent Soví (siglo XIV) y Llibre del Coch (siglo XVI), y se considera de los postres más antiguos en Europa dentro de su categoría, a pesar de ser una evolución de las clásicas natillas, que ya existían en la República romana varios siglos antes de Cristo. Es uno de los postres que aparecen a menudo en el Cajón de Sastre (siglo XVIII) y que más gustan al barcelonés barón de Maldá y parece que Casanova comió en Barcelona.
La crema catalana se hace con yema de huevo, azúcar, harina de trigo o harina de maíz y leche aromatizada con canela y piel de limón, o a veces también de naranja. La crema se cuece sin dejarla hervir en una cazuelita al fuego hasta que espese y se deja enfriar en la nevera.
La crema catalana se puede utilizar para rellenar ensaimadas, cocas, tortells, xuixos, palos, crestas y todo tipo de bollería y pastelería. Cuando no se utiliza como relleno sino que queda en la superficie, se suele espolvorear con azúcar blanco y quemar con una pala de hierro o con un soplete.
Cuando se sirve como postre, se suele distribuir la crema en platos de postre individuales o tradicionalmente en cazuelitas de barro, y se quema. Para quemarla, como en los otros casos, se espolvorea de azúcar blanco y posteriormente se pasa por encima una pala de hierro muy caliente, o actualmente más a menudo se quema con un pequeño soplete.
En Cataluña existe una versión helada de la receta, con helado de crema catalana y cubierto de confitura de yema de huevo quemada. La crème brûlée de la cocina francesa se puede considerar una variante o versión de la crema catalana. La variante francesa se cuece al baño María, a veces emplea los huevos enteros, utiliza nata en vez de leche y se aromatiza con vainilla. La suelen quemar con azúcar morena para compensar el blanco de su versión.
En los territorios de habla catalana, la crema se espesa tradicionalmente con almidón, no incluye nata ni claras de huevo y se aromatiza con canela y piel de limón, o eventualmente de naranja, nunca con vainilla.
El sabor de la crema catalana inspira variantes y perfumes de todo tipo de productos como: helados, espumas, la variante del torró (turrón) catalán que posee el mismo nombre, etc. La crema se emplea en la elaboración de algunas variedades de los tés Earl Grey.

Ingredientes:
  • 750 ml de leche entera
  • 200 gramos de azúcar
  • 50 gramos de maicena
  • 6 yemas de huevo
  • Piel de un limón
  • Azúcar para adornar
Preparación:
  1. Vamos a comenzar esta preparación diluyendo en un vasito de leche la maicena, y una vez diluida la vamos a reservar para usarla más adelante. Por otro lado vamos a batir el azúcar con las yemas de los huevos, desechando las claras, que las puedes guardar para usar en otra receta si quieres. Usa unas varillas para mezclar bien los ingredientes hasta formar una pasta cremosa. Reserva esta mezcla también, la usaremos un poco más tarde. 
  2. En un cazo adecuado, colocamos el resto de la leche, y la vamos a poner a calentar. Agregamos a la leche la piel del limón, que primero lavaremos para quitarle la suciedad, y luego con un cuchillo bien afilado vamos a cortar la piel, con cuidado de sacar solo la parte amarilla, ya que la parte blanca del limón puede dar un sabor amargo. Cuando la leche comience a hervir, ponemos a fuego suave, quitamos la piel del limón y agregamos las yemas batidas con el azúcar, y batimos un poco para que se mezclen bien. A continuación añadimos el vaso de leche con la maicena y batimos hasta que la mezcla se espese bien. 
  3. Retiramos del fuego y vertemos en los recipientes individuales. Normalmente se emplean unos recipientes de barro muy característicos, pero si no tienes, usa otros distintos. Espolvorea una capa de azúcar por encima de los mismos, y con un soplete de cocina quémala hasta darle el color típico de la crema catalana, y deja enfriar en la nevera varias horas, para que se cuaje bien y se enfríe. Y una vez la sirvas, a disfrutar de este exquisito postre. 


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