La dieta de los gladiadores romanos estaba basada en cereales e incluía muy poca carne, según determinó un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Médica de Viena (Austria) y de la Universidad de Berna, en Suiza.
El examen realizado de los huesos encontrados en las tumbas de 22 gladiadores de hace 1.800 años en la ciudad romana de Éfeso, que actualmente pertenece a Turquía, demostró que los antiguos luchadores seguían una dieta casi vegetariana, informa BBC.
Los gladiadores tomaban una bebida hecha con cenizas de plantas para recuperarse tras una lucha o una sesión de entrenamiento, según revelan las conclusiones alcanzadas después de analizar los niveles de estroncio en el tejido óseo de los antiguos romanos.
"Consumían cenizas de plantas para fortificar el cuerpo tras el ejercicio físico y para mejorar la reparación de los huesos dañados", explicó un profesor del departamento de medicina forense de la Universidad de Viena, Fabian Kanz.
En cuanto a las cenizas, lo que podría explicar la cantidad más elevada de estroncio en los huesos de los gladiadores en relación con las otras personas, es posible que tuvieran su origen en la quema de madera de “cedro, pino y roble”.
Fabian Kanz nos deja una posible receta para ese cóctel: “Creemos que la ceniza podría haberse disuelto en una mezcla de vinagre y agua – una bebida romana normal – a la que tal vez se le añadiría miel para endulzar”.
El estudio señala que los luchadores profesionales principalmente comían trigo, cebada y grano. Hay muy pocos indicios del consumo de carne y lácteos en su dieta. Sin embargo, los huesos de dos gladiadores mostraron una ingesta elevada de proteína animal y un bajo consumo de cereales.
Esta diferencia podría significar que esos dos gladiadores provenían de otras regiones del Imperio romano y vivían en otras condiciones antes de empezar a participar en estos espectáculos mortales.
Esqueleto de gladiador encontrado en el yacimiento arqueológico de la antigua ciudad de Éfeso, en la actual Turquía. DR |
La alimentación era una parte importantísima en los gladiadores, de manera que además del entrenamiento diario, se cuidaba mucho su dieta y su salud, pues estos luchadores profesionales eran una fuente de ingresos para los lanistas (empresarios encargados de la compra-venta e incluso entrenamiento de los gladiadores) y a su vez, un motivo de distracción para el público, “panem et circenses” (Juvenal, Sátira, X, 81).
Ya Hipócrates en su libro Sobre la dieta hace referencia a la “influencia de los ejercicios físicos, tanto de los naturales como de los violentos y cuáles de ellos proporcionan un aumento de las carnes…y las relaciones convenientes de los ejercicios con respecto a la alimentación”
“La lucha libre y el frotamiento ofrecen en mayor medida el ejercicio de las partes externas del cuerpo, y calientan, endurecen y hacen que se desarrolle la carne”
De Hipócrates concluimos que los ejercicios influían en la alimentación, por lo que los gladiadores que dedicaban horas y horas a entrenarse, debían ser cuidadosos con su dieta de la que se encargaba el médico del Ludus o escuela de gladiadores que controlaba los alimentos y las cantidades que los luchadores debían consumir para obtener un rendimiento más satisfactorio.
Si acudimos a lasfuentes escritas e investigamos cómo era la alimentación de los gladiadores nos damos cuenta que, al igual que hoy en día, tomaban una “dieta deportiva”, cuyo objetivo era conseguir estar fuertes y tener una gran masa muscular que les protegiera en los combates de las heridas de armas. Así pues, serían personas robustas y corpulentas, según afirma Cicerón, Filípicas. II, 25: “Tu… istis lateribus, ista gladiatoria totius corporis firmitate”, Tú… con ese ancho pecho, con ese robusto cuerpopropio de un gladiador”:
Los alimentos que enumeran las fuentes clásicas son los siguientes:
a) Proteínas procedentes de la ingesta de carne que les proporcionaba la fuerza y la musculatura para luchar.
b) Hidratos de carbono de origen vegetal (legumbres, principalmente alubias, y cereales, en concreto la cebada) que les aportaba la energía necesaria para mantener el nivel de entrenamiento.
c) Calcio contenido en las infusiones de cenizas para fortalecer sus huesos.
Dejémonos llevar de la mano de los autores clásicos para descubrir qué comían.
Hasta la fecha se ha considerado que su dieta se basaría principalmente de carnepara así aumentar su masa muscular, tan necesaria para soportar el peso de la panoplia (podía alcanzar unos 20 kg. en los gladiadores más armados), pero principalmente conveniente para crear un colchón de grasa que les protegería de las heridas profundas en el combate. Cipriano, Ad Donatum, 7 hace mención a esa alimentación que creaba una buena masa muscular:” Los juegos de gladiadores se preparan, que la sangre puede alegrar la concupiscencia de los ojos crueles. El cuerpo se alimenta con la comida más fuerte, vigorosa y la masa de los miembros se enriquece con la fuerza física y muscular, que el desgraciado engordado para el castigo puede morir de una muerte más. El hombre se sacrifica para complacer al hombre, y la habilidad que es más capaz de matar es un ejercicio y un arte. No sólo se comete un crimen, sino que se enseña. ¿Qué se puede decir más inhumano, más repulsivo? La formación consiste en adquirir el poder para asesinar, y el logro de asesinato es su gloria. ¿Cuál puede ser el estado de las cosas… en el que los hombres, los cuales no han condenado, se ofrecen a las bestias salvajes,…? Se pelean con las bestias, y no por sus crímenes, sino por su locura. Padres miran a sus propios hijos, un hermano está en la arena, y eso para su hermana es duro”
Esa alimentación con exceso de proteínas según Galeno, Exhortatio ad Artes Adddiscendas, 4 provocaba problemas:”su mente está perdida por la gran cantidad de carne y sangre que amasan…de manera que, como no la cultiva con estímulos, permanece tan estúpido como la de los brutos…se fatigan hasta un límite y luego se atiborran de comida hasta no poder más. Su sueño también se rige por las reglas que guían su dieta y ejercicio…mientras están en activo sus cuerpos se mantienen en este peligroso estado. Cuando se retiran, su estado es todavía más peligroso. Muchos mueren poco después, otros duran un poco más, pero en general, no alcanzan la edad anciana,…pues sus cuerpos están débiles por los golpes que han recibido a lo largo del tiempo y son susceptibles a la enfermedad. Sus ojos suelen estar hundidos y son propensos a la aparición de una fluxión. Sus dientes, dañados por los golpes, se caen. Sus músculos y tendones se dislocan fácilmente, pues han sido rotos frecuentemente. Desde el punto de vista de la salud son muy desgraciados, pues algunos entrenadores los desarrollan más allá de sus límites,…convirtiéndolos en lo contrario..., pues adquieren un rostro desfigurado, repugnante de mirar”
Es importante tener presente que el hecho de consumir carne es muy significativo, pues era un alimento vinculado a las clases con más adquisición económica. Así pues, nos surge la duda siguiente, si la alimentación corría a cargo del lanista del ludus, ¿cómo podría mantener ese gasto?
La respuesta podríamos encontrarla en que la procedencia de esa carne podría estar en las venationes o cacerías que se llevaban a cabo en los anfiteatros, al igual que se hace hoy en día con la carne de toro tras una corrida taurina.
Las citas de Cipriano y de Galeno hacen referencia al consumo de grandes cantidades, pues se cree que comerían tres veces al día. Esto es comprensible si tenemos presente las horas de ejercicio que practicaban diariamente y el gasto de energía producido por unos hombres de grandes dimensiones. Este dato también lo encontramos en Tácito, Historias, II, 88:”En este mismo lugar tenía Vitelio viandas para distribuir entre los soldados y hartarlos como si fueran gladiadores”
Séneca, Epístolas 2 hace referencia al vicio de los gladiadores: “Empalagarse con muchas cosas es lo propio de los estómagos hastiados”
Además de la carne sabemos que su alimentación se completaba con cereales como la cebada, cuyo precio era más asequible que el trigo. De ello tenemos constancia gracias a Plinio, Hª N, XVIII, 14, 72 que afirma que los gladiadores eran conocidos como hordearii: “Antiquissimum in cibis hordeum, sicut Atheniensium ritu Menandro auctore apparet et gladiatorum cognomine, qui hordearii vocabantur”
“La cebada es el alimento más antiguo, según afirma el autor Menandro en la ceremonia ateniense y en el nombre de los gladiadores, que son llamados “comedores de cebada”
Junto a los cereales consumían también frutas secas, una gran fuente de energía y legumbres, principalmente las alubias. Los alimentos ricos en hidratos de carbono eran el complemento ideal para las proteínas adquiridas con la ingestión de carne. Galeno,De alimentorum Facultatibus, 1, 19, 488 hace mención a los beneficios que aportaban a los gladiadores el consumo de alubias con lo que se conseguía una óptima musculatura: “Los gladiadores conmigo consumen una gran cantidad de este alimento (alubias) cada día, cuando se quiere que la constitución de sus cuerpos no sea de carne densa y compacta, al igual que el cerdo, sino más esponjosa”
Al igual que hoy en día era necesario completar su dieta con calcio para fortalecer sus huesos y evitar sus roturas en los golpes. Así pues, tomaban infusiones de ceniza (cinis lixivus) de hueso y de madera. De ello nos habla Plinio, HN, 36, 69: "Para convulsiones o contusiones de las vísceras", dice M. Varrón, yo cito sus propias palabras-"deja que tu corazón sea tu caja de medicina. Bebe una infusión hecha de cenizas mezcladas con la bebida, y se efectuará una mejoría. Uno puede ver como los gladiadores después de un combate son ayudados por esta bebida. Por otra parte, el ántrax una especie de enfermedad que, como ya se dijo, recientemente ha matado a dos personas de rango consular, admite que da buenos resultados a los tratados con una mezcla de carbón de leña de roble con miel. Es cierto que se encuentra algún beneficio incluso en las sustancias que son completamente rechazadas y desprovistas de todas las virtudes, pero éstas todavía tienen sus propias propiedades curativas, como por ejemplo, el carbón y las cenizas”
Se cree que la alimentación en el ludus sería repetitiva y muchas veces incluso se haría con los restos del día anterior, “miscellanea ludi”, “mezcla del ludus, es decir, rancho de gladiadores” que comenta Juvenal, Sátiras, 11, 20. A su vez, poco atractiva para aquellos que tuvieran un fino paladar, “la dieta de un gladiador, aunque no sabe bien, fortalece el cuerpo”, Quintiliano, Declamationes, 9, 5.
Para resarcirse de esa monotonía, sabemos que la noche anterior a un espectáculo en el anfiteatro se llevaba a cabo un banquete público llamado CENA LIBERA. En él participaban los gladiadores y los bestiarii (aquellos que se batían con las bestias) con sus familias mientras los espectadores, sin comer ni beber de esa comida, podían ver en directo al gladiador por el que iban a apostar al día siguiente. Se trataba de un acto público de promoción, del tipo que se hace hoy en día cuando los deportistas conceden la rueda de prensa previa o llevan a cabo actos públicos para crear expectación.
Para alguno de los gladiadores sería su última cena, por lo que ésta tenía un valor simbólico, como un regalo en compensación a su futuro sacrificio o como una manera de purificar al gladiador y transformarlo en una víctima noble.
La actitud de los gladiadores en esa cena libera era diferente. Unos mostraban una glotonería exagerada, ocupados en los platos para olvidar lo que se les venía encima, carpe diem sería su actitud ante la vida. De este tipo nos habla Tertuliano, Apología,42, 5:”Si no salgo a cenar en las fiestas del dios Libero ¿a quién agravio? No quiero parecer a los delincuentes que cenan en público la última cena la noche antes que han de ser arrojados a las bestias. En cualquier puesto que ceno no compro para la cabeza coronas”.
Reminiscencias de esta manera de tomarse la vida las podemos ver en las citas de Petronio, Satiricón, Cena de Trimalción:
“¿No sabéis quién invita hoy? Es Trimalción, persona elegante por demás: tiene un reloj en el comedor, y un trompetero apostado al lado para saber en todo instante las horas de menos que ha de vivir” (26, 7)
“¡Ay! ¡Pobres de nosotros! ¡Qué poquita cosa es el hombre! ¡He aquí en qué pararemos todos nosotros cuando el Orco se nos lleve! ¡A vivir, pues, mientras tengamos salud!” (34, 1)
Por el contrario, otros preferían atar cabos sueltos, así Plutarco, Moralia,1099b comenta que los gladiadores griegos que acudían a la última cena no llenaban sus estómagos sino que se dedicaban a arreglarlo todo para sus esposas e incluso para disponer la liberación de sus esclavos: “¿Lo que hay que decir sobre lo que está bien en momentos excepcional? Supongamos que una ordinaria persona estaba a punto de morir (…),ver a los gladiadores… los griegos, cuando están a punto de ser enviados a la arena y todo tipo de comidas caras se ponen delante de ellos, ellos prefieren confiar a sus esposas a sus amigos protección y liberar a sus esclavos en lugar de satisfacer sus estómagos.”
Tras este recorrido por la alimentación de los gladiadores, acabar con el epitafio de uno de ellos
ACTIVS MVR(millo)
VIC(it) VI AN(n)O(rum) XXI H(ic) S(itus) E(st) S(it) T(erra) L(evis)
VXOR VIRO DE SVO QVOT / QVISQVIS VESTRVM MORTVO
OPTARIT MIHI IT ILI DI FACIANT
SEMPER VIVO ET MORTVO.
“Actius, murmillo, venció seis veces. Murió a los veintiún años. Está aquí sepultado.
Séa(te) la tierra leve.
Su esposa, y a su propia costa, hizo este monumento a su marido.
Lo que cualquiera de vosotros desease para mí ya difunto, eso mismo hagan los dioses
con él esté vivo o muerto.”
Plurimam salutem!
http://derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.ar/2012/05/cibus-gladiatorum-dieta-de-los.htmlhttp://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0110489
No hay comentarios:
Publicar un comentario